Lo que la contingencia ambiental nos dejó
Desde el segundo fin de semana de marzo comenzaron a registrarse altos niveles de contaminación. El lunes 14, los índices rebasaron los 180 puntos de ozono, por lo que se declaró la fase 1 de contingencia ambiental que se mantuvo por cuatro días en los que se liberó el cobro del transporte público y se endurecieron las medidas para la circulación de automóviles particulares.
Lo cierto es que estas medidas temporales sólo sirvieron para diluir la contingencia, pero no tienen efecto a largo plazo y si una cosa es eminente es que la crisis ambiental en la que se encuentra la Ciudad de México.
Entre las medidas que el gobierno intenta implementar de manera inmediata se encuentra una nueva tecnología en los verificentros, cambios en el Programa Hoy No Circula, y la modificación de los límites de contaminantes para activar la contingencia, según Rafael Pacchiano, Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El esfuerzo debe de ser conjunto, ciudadanía y gobierno deben trabajar antes de que sea demasiado tarde. Y de acuerdo a una encuesta publicada por el periódico El Universal, los capitalinos parecen estar dispuestos a acatar normas más estrictas en cuanto al programa “Hoy No circula”.
El 59 por ciento de los habitantes de la Ciudad de México está a favor de realizar cambios al programa, mientras que el 23 por ciento se pronunció por hacerlo más estricto.
El 11 por ciento de los habitantes pidió que los automóviles no circulen más de un día por semana y el 27 por ciento exigió combatir la corrupción de los centros de verificación ambiental.
El 36 por ciento de los consultados reportó haber sufrido alguna consecuencia física por la contingencia ambiental, entre ellas mareos, ojos rojos y dolor de cabeza.
El 57 por ciento de los consultados considera que el programa ha contribuido a disminuir la contaminación ambiental y el 42 por ciento opina lo contrario.