Indignados vs Duarte
Fotografías: Colectivo Voz Alterna
Xalapa.- En una mañana de lluvia y neblina resuena un discurso en la Plaza Lerdo de Xalapa, Veracruz, renombrada como Plaza Regina Martínez en memoria de la periodista número 11 asesinada durante el gobierno de Javier Duarte. Es 10 de marzo de 2016. El discurso es de la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara. Es escuchado por miles de manifestantes que metidos en impermeables o debajo de sus paraguas saltan, aplauden y vitorean. Horas más tarde, será retomado por medios de comunicación y compartido en redes sociales.
“Nos deben. Nos deben el derecho a soñar. Nos deben la esperanza de un mejor futuro. Nos deben la confianza en las instituciones. Nos deben una juventud sin miedos. Nos deben a los desaparecidos. Nos deben la paz de los violentados y la de sus familias. Nos deben recursos que son obligaciones, porque no son de ellos, fueron otorgados por el pueblo”.
El destinatario es el gobernador de Veracruz. Un gobernante al que la oposición busca enjuiciar y al que hasta miembros de su propio partido, el PRI, parece que han dejado solo, justo al final de su mandato.
En su sexenio duplicó la deuda del estado: supera los 40 mil millones de pesos. Los seis años de duartismo han sido los más mortíferos para los periodistas: 19 asesinados. De 2010 a 2015, la PGR registró 183 desaparecidos en la entidad. En enero, Veracruz vivió su propio Ayotzinapa, cuando cinco estudiantes fueron detenidos por policías municipales de Tierra Blanca y entregados al crimen organizado. Siguen sin aparecer.
Las manifestaciones contra Duarte han desbordado una y otra vez los límites de Veracruz. Y esta mañana, aunque la lluvia, el frío y la niebla en Xalapa hacían prever una plaza vacía, la indignación contra el gobernador sacó a estudiantes, académicos, investigadores y profesores de las aulas. No solo en la capital, también en Coatzacoalcos, Veracruz, Boca del Río, Poza Rica, Córdoba, Orizaba y Tuxpan.
Frente al Palacio de Gobierno, suena la jarana, poco después cantará el mariachi y la marcha terminará con danzón.
“Todos somos UV”, “Duar-te, ra-te-ro, re-gre-sa el di-ne-ro” y “El que no brinque es Duarte, el que no brinque es Duarte”, son algunas de las consignas que articulan la indignación en este día gris.
Tres estudiantes de la Facultad de Química se arrebatan la palabra para explicarle a la reportera que se unieron a la manifestación porque Duarte se rehusa a pagar 2 mil 76 millones de pesos que el gobierno le debe a la Universidad. Se trata de presupuesto estatal y federal destinado a la institución. Un día antes, Duarte dijo que solo va a darles los 450 millones de pesos de origen federal. El resto se loquiere bailar.
“Gracias a esta retención de recursos la universidad no puede ejercer las obligaciones con los estudiantes, con los profesores, con los académicos, entonces necesitamos y exigimos que devuelvan el dinero”, dice Josué Alemán, estudiante de la UV. Una mujer de 50 y pico de años aplaude sus respuestas cuando acaba la entrevista. “Muy bien hijo, hablaste muy bien. Yo le hubiera llamado de otra forma: ¡ratero!”, dice y la gente de alrededor suelta una carcajada. Delgado, moreno y de lentes, Josué dice que “la educación es un derecho que se defiende”.
Alana, una joven rubia de la facultad de Arquitectura, opina que es “nefasto lo que está haciendo el gobernador”. Y William, un ex alumno, dice que está aquí porque “la UV es el último escollo y si el gobierno logra vencerla, estamos perdidos. Entonces tenemos que unirnos”.
El gobierno veracruzano también le debe dinero a empresarios, contratistas, farmacéuticos y organismos públicos. Pero fueron los estudiantes convocados por la rectora los que salieron en montón a cobrar la deuda. Y es que no solo les debe dinero. Ya lo dijo la rectora, les debe la paz. En los últimos años, este estado no solo se ha vuelto peligroso para el periodismo, también para los jóvenes y prueba de ello son los 5 de Tierra Blanca.
La periodista Verónica Danell dice que sus comentarios al aire incomodaron al priismo jarocho y fue despedida de Megacable en 2013. Ahora, su Twitter es el espacio que ocupa para las críticas contra Duarte. Y este jueves, camina por las calles del centro con los estudiantes de la Universidad en la que estudió ciencias de la comunicación.
“Javier Duarte ha buscado las formas legales para justificar que el subsidio es algo que él da casi como caridad y no es así porque este presupuesto fue aprobado en la cámara local de diputados”, se queja Verónica mientras graba la protesta con su celular.
Ha pasado hora y media desde el inicio de la protesta en defensa de la educación y el cielo se sigue escurriendo. Un grupo de estudiantes de música canta una ópera en el centro de la plaza que poco a poco se va vaciando. Más tarde los medios hablarán de 18 mil asistentes. Otros de 20 mil. Como sea, es una de las más numerosas de las que se tenga memoria. Y Duarte, hasta ahora, guarda silencio.