Oídos sordos
Escuchar con atención las palabras del Papa Francisco, es lo menos común en estos momentos. Pareciera que el encargado del Vaticano hablará para extraterrestres. Ello porque denuncia problemas ancestrales, pero más presentes en esta época de crisis de fondo, y pareciera que nadie lo atiende.
Un ejemplo terrible, fuera de serie, es Norberto Rivera. El cardenal está al lado de quien, tímidamente, ha denunciado los abusos del clero en muchas acciones francamente anticristianas. Pero así es la institución más sólida y antigua del mundo. Posibilita convivir a los lobos con los corderos.
Pero lo que está fuera de serie es el discurso de Enrique Peña Nieto ante el llamado Santo Padre. En las palabras del mexiquense, pareciera que vivimos en un país democrático, sin violencia, en armonía y hasta igualitario. Algo realmente contario a la realidad que padecemos cotidianamente.
Luego de la alocución del mexiquense, Jorge Bergoglio, llamó a tener una vida digna, en la cual estuvieran presentes los derechos humanos: salud, educación, libertad, trabajo digno y un largo etcétera. Habló para nadie, ya que el público asistente, el gabinete y demás colados en primera fila, aplaudieron a rabiar sin rasgarse las vestiduras. Es decir, fueron los mercaderes del templo sin ningún rubor.
Estamos ante uno de los momentos más fuera de onda, como dicen los jóvenes, de México. En donde nadie escucha lo que dice el otro. Incluida la televisión, la cual hizo una cobertura al momento pero sin la mínima reflexión. Una prueba de ello es que Televisa incluyó a Valentina Alazraki, la cual ha cubierto, sin cuestionar nada lo mismo a Papas fascistas que progresistas. Una visita sin grandes resultados, por desgracia-.
@jamelendez44