¿La legalización causa más violencia?
Un gran paso para la legalización de la marihuana en México podría estar próximo a darse. El día de mañana la SCJN podría votar sobre eliminar la prohibición de la producción, tránsito y consumo de marihuana para uso personal. Sin embargo, no todas las mexicanas y mexicanos están de acuerdo en que se despenalice esta droga. Entre muchos de sus argumentos, se encuentra el que legalizar la marihuana traería mayor inseguridad y delincuencia al país.
Pocos han sido los países que han comenzado a cambiar sus políticas sobre las drogas, de una perspectiva punitiva a una regulación basada en los derechos humanos y en las libertades individuales. Sólo Uruguay a logrado legalizar la producción, tránsito, consumo y venta del cannabis a nivel mundial. Sin embargo, distintas ciudades de varios países como Estados Unidos, han regularizado el uso de la marihuana para uso recreativo. Para sorpresa de quienes están en contra de la legalización, las medidas tomadas por estos gobiernos, más que incrementar la inseguridad de sus comunidades al parecer han contribuido en la mejora de su situación de seguridad.
El año pasado, Uruguay se convirtió en el primer país en el mundo en legalizar toda la cadena de producción de la marihuana. En el país sudamericano una persona ya puede comprar cannabis en una farmacia y fumarla sin que sea aprehendido por la autoridad. Esto no quiere decir que no haya restricciones. Por ejemplo, la promoción del uso de la marihuana está prohibida, existe una edad límite para poder comprarla y no puede ser consumida en espacios cerrados públicos. El principal motivo expuesto por el expresidente Mujica al legalizar la Marihuana, fue el aumento de la violencia que se venía dando en el país a manos del crimen organizado. En 2011 Uruguay tenía una tasa de homicidios X 100 mil habitantes de 5.9. Sin embargo, esta tasa cambio súbitamente en 2012 a 7.9. Inmediatamente, el gobierno quiso prevenir un estallido de la violencia regulando el mercado ilegal de mariguana.
Para el primer semestre de 2015, la tasa de homicidios en Uruguay se encontraba en 4.4 de acuerdo con el Ministro del Interior. Si bien la capital del país sudamericano tiene una tasa de homicidios mayor al promedio nacional, queda demostrado que la legalización de las drogas puede influir considerablemente en la disminución de la violencia. Si este no fuera el caso, al menos podría decirse que eliminar la prohibición de la mariguana no aumenta la inseguridad, como muchos defensores de la prohibición han sostenido.
En el caso de Estados Unidos, la legalización de la marihuana se ha venido dando por medio de los gobiernos locales y no a través del gobierno federal. Está estrategia ha dado resultados al ir expandiendo la legalización a otros estados, minimizando el costo político de la legalización al presidente Barack Obama. Los estados del país norteamericano que permiten el consumo recreativo de la marihuana son Alaska, Colorado y Washington. El único estado que comenzó de manera temprana el proceso de legalización fue Colorado en 2012, por lo que es posible hacer un balance entre la legalización y la violencia. De acuerdo con el Death Penalty Information Center, la tasa de homicidios de los estados que han legalizado la marihuana son bastante bajos. Mientras que Colorado tenía una tasa de homicidios en 2004 de 4.4 y de 3.7 en 2005, la tasa alcanzada un año después a la legalización fue de 3.4.
Con base en la experiencia internacional, podemos percatarnos que si bien la legalización no es responsable de la disminución de la violencia, tampoco lo es de su incremento. Inclusive todos aquellos países o ciudades que han regularizado el mercado de esta droga, cuentan con una tasa de homicidios muy por debajo a la de México que para 2014 era de 16. Si la marihuana no esta estrechamente ligada a un aumento considerable de la violencia en un lugar, ¿ por qué debemos seguir prohibiendola a pesar de los altos costos monetarios y humanos que ha causado en México? Ya vimos que el cannabis ni es mortal en su uso ni su legalización causa más violencia. Los defensores de la prohibición tendrán que ir buscando nuevos argumentos.