Traducido por KO con consentimiento del autor. Original aquí

La mayoría de las personas en los Estados Unidos sienten que los políticos y las instituciones no les están sirviendo. Así me sentí cuando me gradué de la preparatoria hace diez años sin documentos: unos días después de mi graduación, Mitt Romney vetó la legislación que hubiera permitido que mis compañeros/as y yo tuviéramos acceso a la educación superior en Massachusetts. Yo era indocumentado y por esa razón era inaudible.

Pero existen casos en la historia cuando las personas resisten y cambian exitosamente sus vidas. Yo creo que hay tres cosas que permiten que eso pase. El proceso empieza cuando esas personas dejan de mirar hacia arriba buscando poder y recursos —ver las instituciones, los políticos— y empiezan a mirar hacia un lado. Miran hacia los vecinos/as, la familia, la comunidad, y se dan cuenta que las personas que están hasta arriba no pueden funcionar sin su cooperación. Cambiar las leyes no es el primer paso para lograr transformaciones: tenemos que enfocarnos en ganar la opinión pública, para luego activar al público que tomará una postura sobre nuestras creencias. Cuando se gana y se activa a la sociedad, los políticos tienen que reaccionar, y las políticas cambiarán.

Un ejemplo exitoso de esto es la forma en que Dreamers* ha ganado apoyo popular para jóvenes inmigrantes, lo cual ha resultado en cambios a nivel nacional y estatal. Nuestro movimiento se ha enfocado en acciones directas que están dirigidas hacia la opinión pública. Ahora, después de años de pequeñas victorias, se creó una mayoría que cree que personas como mi hermano Rodrigo merecen la oportunidad de ser parte de esta Nación. Ganamos un alivio temporal en 2012 con la orden ejecutiva “Acción Directa para los Llegados de la Infancia” de Barack Obama, pero se requiere una solución mucho más amplia, que tome en cuenta las crisis por separación familiar y los abusos a nuestra comunidad.

El segundo paso es crear distancia de las instituciones políticas. ¿Qué tal si organizamos una moratoria de un año para los gastos de presión política (lobbying) y donaciones a campañas para invertir esos recursos en organización comunitaria de base? Si involucramos al público, los Demócratas tendrían que moverse hacia nuestras demandas, en lugar de que nosotros/as nos movamos hacia ellos.

La tercera cosa que tenemos que hacer es decir la verdad sobre la dificultad de la lucha. Aprendí esto de mi madre. Cada vez que le digo algo, me lanza una mirada que me presiona a estar seguro de que lo que estoy diciendo es la verdad. No hay forma en que pueda convencerla de caminar hacia un cambio en los Estados Unidos si no siente que estoy siendo honesto con ella. No debemos intentar vender soluciones de corto plazo. Nuestro país sufre grandes problemas de desigualdad y opresión, y tomará décadas poder enfrentar muchos de esos problemas.

Para algunos, esto pareciera una desmovilización —que si le dices a la gente que la lucha durará décadas, no se involucrarán—. Pero hay que ser realistas sobre lo que el movimiento de largo plazo requiere. No podemos decirle a la gente que sus vidas cambiarán si firman esta petición o van a esa marcha. Cuando ven que no pasa, perdemos su confianza. Por otro lado, nuestra visión no puede tratar sólo sobre asuntos individuales, sino que tiene que construir una agenda popular que las personas pueden implementar a niveles locales de diversas maneras.

Tenemos que regresar a la comunidad e invertir nuestros recursos en organizar a la gente. La rabia generada con urgencia y las campañas de corto aliento te levantan de la cama para hacer algo, pero confía en que la organización y visión de largo plazo son lo que mantienen a personas participando a través de décadas de lucha. Y eso es lo que se va a requerir.

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* Jóvenes migrantes indocumentados en Estados Unidos que se han movilizado para exigir el derecho a permanecer en el país de forma regularizada.

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