Nosotrxs

¿Qué es Tercera Vía?

Cuando la fotografía puso de rodillas a la pintura, surgió la vanguardia. Hoy el periodismo está acorralado por la velocidad de la red. ¿Qué noticia presentaremos que no hayan publicado tres mil medios ya? ¿Con cúal tecnología contamos que nadie ha domeñado? ¿A qué novedosas plumas arrancaremos los pájaros?

Al replantear esta tradición brotan dos certezas: que la única esencia es el estilo y que lo más viable es ir contracorriente. Coexistiendo con la normalización de la decadencia, Tercera Vía pretende agonizar, que no es situarse en la antesala de la muerte –úlrimo brote de la inspiración- sino el punto en que nos ceñimos a la puerta de la vida con uñas y dientes, mientras ella nos expulsa con arrogancia de su paraíso trivial. En el estado límite que hoy nos circunda, se insinúa la Tercera Vía como lucha por no salir de cuadro sin dar batalla.

Tenemos la ventaja de ser inesperados e incautos, pero sobre todo, de parecer nimios y casi ningunos: ninis de la gloria. El viejo heroísmo periodístico es un traje que ya solo ajusta a los fiambres y debemos dedicarnos a una más importante tarea de época: descarrilar el mal implacable. Decir ante la miseria que cunde: “Todo esto es cierto. Pero…”.

En eso somos negacionistas. Porque quizá nunca veremos al nuevo mundo romper su carcasa, pero en nuestro acontecer anunciamos algo más lírico: venimos a cantar la ruina del ancien régime, autoritario e hipócrita.

En el camino nos veremos tentados a revolver nuestra historia, arrecife de héroes quebrados y villanos galantes. Y es que en su conjunto, ese desfile de personalidades ofrece una lección: lo realmente imperdonable es planear un futuro luminoso para un pueblo que nunca lo tendrá. Creer que México será un día algo más que comida picante y papel picado.

Y aquí vale repetir: “Todo esto es cierto. Pero…”.

Nada es más ultrajante que avergonzarnos de haber exhibido inútilmente nuestras esperanzas. Sin un as bajo la manga, subimos las apuestas. La política en este punto es elegir o crear alternativas cuando la catástrofe ya nos degusta en su garganta. Si logramos ramificar el debate cuando lo unidireccional se cierne, es ruptura. Ese quiebre será nuestro más grande motivo.

Y quizá nos digan que debemos temer el ridículo, que somos demasiado jóvenes o demasiado viejos, que el periodismo está en bancarrota.

“Todo esto es cierto. Pero…”.

Tercera Vía no es solución de eternos antagónicos

Tercera Vía no es prudencia y equilibrio

Tercera Vía no es reformar sistemas que tienden a la clausura

Tercera Vía convoca a vivir la política, la cultura, el arte, los deportes y la creatividad como un diálogo entre fuerzas inclementes, que encontrándose de otra manera, se destruirían.

Tercera Vía  acomete para inflamar a la orquesta dispersa: provocar a quienes hacen calle en las ciudades, comunidad en los pueblos y tribu en las fronteras.

Tercera Vía no es tercer mundo

Tercera Vía no es tercera persona

Tercera Vía no es tercera ola

Tercera Vía es un lúdico signo vacío

Tercera Vía es un vagón para mentes inquietas

Tercera Vía es lo consecuente en tiempos vanos

Tercera Vía es una frase: ”Todo esto es cierto. Pero…”.

¿Qué somos?

Una revista digital plural e incluyente, con independencia editorial, sin censura, que prioriza la creatividad y la calidad de los contenidos, reconociendo y fomentando la inteligencia de las audiencias desde una perspectiva social.

Nuestros principios irrenunciables:

• Somos de izquierda.
• Nuestro horizonte es post nacionalismo-revolucionario.
• Apostamos por el socialismo liberal.
• Reivindicamos la pluralidad política como principio de nuestros debates.
• Queremos ser protagonistas de la batalla cultural que se libra en nuestra época

Objetivos:

• Promover la dignidad de las personas y las comunidades en nuestro trabajo periodístico.
• Apuntalar la igualdad de derechos de todos los seres humanos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos.
• Fomentar la tolerancia -dentro una perspectiva de derechos humanos- ante las diferencias de ideas, creencias, posiciones políticas, lenguas, procedencia, cultura, nacionalidad, edad, sexo y religión.
• Combatir el racismo, el machismo y el sexismo en todos sus ámbitos, incluyendo el lenguaje en que expresamos la información.  
• Promover la comprensión de los problemas locales, nacionales e internacionales.
• Expresar y reafirmar el carácter pluricultural del país.
• Incentivar el debate público y ofrecer a los grupos y organizaciones de la sociedad un foro en el que puedan debatir y visibilizar sus experiencias.
• Aprovechar el potencial que los nuevos formatos y plataformas digitales ofrecen al periodismo.