Los niños de Huejotitán

En Huejotitán, Jalisco, hay una hacienda que alberga a niños y que se está hundiendo. Las grietas en los arcos se acentúan con los años, y el suelo tiene ligeras inclinaciones. Alrededor, hay muchas viviendas que también se hunden.

La hacienda es un complejo de la organización ORMSBY, una fundación privada creada por la pareja Susan y Hugh Hardyman en 1955. Ellos creían que los años de infancia eran cruciales.  Su objetivo era darles la oportunidad de estudiar a niños de comunidades marginadas.

Para lograrlo, compraron la hacienda de Huejotitán, Jalisco. Poco a poco la fueron arreglando y trajeron a niños de otros estados de México. La organización no solo funciona como albergue, sino que apoya a los niños para que estudien una carrera universitaria. Hasta el día de hoy, 400 niños han salido con título universitario de esta organización.

Los niños que viven ahí en su mayoría no son huérfanos, sino que vienen de familias en situaciones precarias. Muchos de ellos han sido violentados o tienen padres alcohólicos. Llegan a la hacienda callados, con ganas de irse, llorando, y poco a poco empiezan a jugar, a reírse, e incluso a consolar a los recién llegados.

Fui a la organización con Thelma Pradva Lugo, presidenta del patronato de la hacienda. En el camino, pasamos por dos pasteles de cumpleaños para Ángel y Casandra. Actualmente hay 20 niños, el menor de 4 años y los mayores ya son estudiantes universitarios que regresan a la hacienda los fines de semana a ayudar con las tareas.

El padre de Thelma, Álvaro Félix Lugo, fue parte de la primera generación que vivió en la hacienda. Se lo trajeron de la Ciudad de México a los siete años junto con otros niños de diferentes estados. Una vez que creció, le pagaron la carrera de medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Nunca dejó de ir a la hacienda. Desarrolló un sentido de pertenencia hacia la institución que le acogió, al igual que Thelma, quien suspira con frecuencia y enlista preocupada todo lo que falta por hacer. Thelma se ha hecho cargo de la hacienda desde hace un año, en agradecimiento porque esa institución “le cambió la vida a mi papá”.

En las paredes de la sala hay decenas de fotos colgadas, muchas en las cuales sale Álvaro Félix Lugo, con sus hijos y sus nietos. Generaciones de niños que han vivido en la hacienda, retratos de Susan y Hugh y fotos de un árbol de varios metros de diámetro, que se veía desde la carretera, y que partió un rayo hace años.

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La fundación, en muchos sentidos, suple al Estado, que apenas aparece en la publicidad electoral regada por las calles. Esta organización provee a los niños visitas al pediatra, al dentista, clases particulares e incluso asistencia psicológica. El personal consiste en seis personas que se hacen cargo de la administración, cuidado y educación de los niños: Paloma, David, Anita, Charis, Rafa, Raúl

A la vez, intentan involucrar a la comunidad en talleres culturales y prestar el espacio para bodas. Sin embargo, están teniendo problemas con el financiamiento del complejo, y los daños estructurales se han vuelto la preocupación principal de quienes trabajan en la organización.

El doctor Nayar Cuitláhuac Gutiérrez Astudillo, profesor del ITESO, universidad jesuita de Guadalajara, dice que la hacienda tiene ligeras inclinaciones y asentamientos diferenciales, lo cual provoca grietas. Podría ser peligroso para los niños en un plazo de dos a tres años. Es un problema de la región, en otras viviendas está más marcado el daño.

Las inclinaciones en esta zona están relacionadas con la extracción de agua del subsuelo según el doctor Nayar. Huejotitán, que está ubicado en el municipio de Jocotepec, se caracteriza por el cultivo masivo de berries. Desde hace más de 10 años, en el estado de Jalisco se ha sustituido el cultivo de maíz y caña por el cultivo de berries, aguacates y agave, lo cual está cambiando el uso de suelo.

Aunque no hay estudios sobre la zona de Huejotitán, Fátima Housni Ezzahara, doctora de la Universidad de Guadalajara, explicó que la producción de berries, aguacate y jitomate genera la presencia de subsidencias, que es el progresivo hundimiento de una superficie, lo cual se ha presentado en los municipios como Atoyac y Poncitlán, y puede ser la misma causa del hundimiento en Huejotitán.

El profesor Nayar Cuitláhuac Gutiérrez dijo que los daños en la estructura por lo pronto requieren arreglos estéticos, pero que, si se sigue extrayendo agua del subsuelo, las inclinaciones se seguirán acentuando y los daños estructurales en la hacienda serán más costosos.

El pueblo se está hundiendo y la hacienda siempre ha sido el corazón del pueblo. Para que la Organización ORMSBY continúe acogiendo a niños, es necesario la regulación de los cultivos por parte del Estado y la intervención pública en el mantenimiento y financiamiento de la hacienda.

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