María Fernanda tendría que estar viva, pero autoridades no la protegieron
María Fernanda tenía 31 años, era odontóloga, tenía dos posgrados y era madre de tres hijos. El miércoles 11 de agosto se encontraba en su consultorio en Tijuana, Baja California, cuando dos hombres llegaron al lugar y preguntaron por ella. Al ingresar y encontrarse con María Fernanda, uno de los hombres le disparó siete veces con un arma de fuego. María Fernanda murió antes de que llegara la Cruz Roja.
En acuerdo con autoridades de Tijuana, el principal sospechoso del femicidio de María Fernanda sería su expareja, quien también es el padre de dos de los hijos de la víctima. La familia de María Fernanda ha declarado que ella fue víctima de acoso y amenazas de su ex pareja desde hace más de un mes, y de hecho ella contaba con una orden de restricción. María Fernanda supuestamente contaba con protección y unidades policiales debían realizaran recorridos de vigilancia en su casa y lugar de trabajo.
Sin embargo, María Fernanda no estaba recibiendo ningún tipo de medidas. De hecho el día del incidente los testigos fueron quienes reportaron los disparos al 911, no la policía que tendría que haber velando por su seguridad.