Gobierno Mexicano fue el cliente más grande del software para hackear a periodistas y activistas

México Manchado es una columna regular de Francisco Trejo

Un blog rápido porque es domingo. The Guardian publicó una investigación exhaustiva acerca de dos viejos enemigos de la prensa mexicana: el proyecto Pegasus y NSO Group. En específico, conocidos del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Se trata del software (Pegasus) realizado por una firma israelí de ciberseguridad (NSO) que por medio de costosos hackeos, trataba de obtener información y amedrentar a periodistas y activistas. Por supuesto, comunicadores mexicanos fueron objetivo de esta iniciativa, a nombre del gobierno federal. En su momento así contamos los generales del tema, que en su momento se denominó #GobiernoEspía por la República Tuitera:

  • ¿Qué hace Pegasus? A través de mensajes de texto con links maliciosos el sotware se instala en tu teléfono inteligente permitiendo el acceso no solo a las llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, contactos y calendarios, sino que le permite activar el micrófono y la cámara de los teléfonos para realizar vigilancia.
  • ¿Quiénes son los afectados?  En primer momento se documentaron los casos de Alejandro Calvillo (director del Poder al Consumidor), Luis Manuel Encarnación (director de la Fundación Mídete) y Simón Banquera (director del Instituto Nacional de la Salud Pública). Sin embargo en este informe han sido documentados cinco casos, cada uno apunta a diversos personajes, que a su vez han sido atacados en más de una ocasión. Personal del Centro Prodh, Aristegui Noticias, Carlos Loret, personal del IMCO y de MCCI.
  • La empresa NSO dice vender el software Pegasus de manera exclusiva a gobiernos para combatir al terrorismo, grupos criminales y cárteles de drogas. Sin embargo a principios de este año comenzaron a denunciarse intentos de intervención de este software en dispositivos móviles de activistas que buscaban la implementación de impuestos al refresco para detener el consumo de esta bebida.

En The Guardian hoy tienen una actualización del tema a nivel global, ya que desde 2017 el negocio de NSO a nivel mundial continuó y ha tenido clientes prominentes como el autoritario gobierno de Hungría.

Uno de los casos elegidos para la serie de notas es el de un periodista mexicano que cuestionó ligas del gobierno con el narco, fue objetivo de Pegasus y eventualmente asesinado.

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Como colofón, México lidera el ranking de NSO en cuanto a números ingresados (con costo de hackeo rondando los cientos de miles de pesos): 15 mil.

Si buscas una versión en español, Proceso tiene una aproximación al tema como medio aliado al consorcio de medios que hoy publicaron la información. Reproducimos los primeros párrafos:

En varios casos, el espionaje por Pegasus –o por lo menos los intentos– solo representaba una parte de campañas de hostigamiento más amplias y más graves, las cuales incluyeron estrategias de difamación, encarcelamientos, golpizas o incluso acciones definitivas, como el sonado asesinato de Kashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, el 2 de octubre de 2018.

Durante meses, los periodistas que participaron en el Pegasus Project analizaron los datos telefónicos, a los que tuvieron acceso inédito Forbidden Stories y Amnistía Internacional, y realizaron más de 52 análisis forenses de los aparatos para detectar las tentativas de hackeo con Pegasus realizadas por agencias gubernamentales.

En México, agencias del gobierno de Enrique Peña Nieto seleccionaron, valiéndose de Pegasus, los números de teléfono de por lo menos 25 periodistas entre 2016 y 2017. Seis de ellos laboraban en Proceso en ese momento; otros formaban parte del equipo de Carmen Aristegui –también participante en el Pegasus Project– y destacaban por su trayectoria, como Marcela Turati, Alexandra Xanic, Ignacio Rodríguez Reyna, Ricardo Raphael, Luis Hernández Navarro o Yuriria Sierra. Otros, por su parte, estaban más identificados por su cercanía con el gobierno de Peña Nieto. Hoy, Proceso dedicó un reportaje aparte a los periodistas mexicanos


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