Salgado será: Morena va con el candidato acusado de violación para Guerrero
Siempre sí. O nunca no más bien.
Resulta que el scoop de Milenio sí era cierto y Félix Salgado Macedonio salió victorioso (no sólo en el corazón de Mario Delgado y el presidente) en las internas de Morena para la candidatura de Guerrero, a pesar de estar acusado múltiples veces de violación.
A pesar de que Morena pidió calma y dijo que Milenio se adelantó, lo que daba tres pesos de esperanza al asunto, al final el presunto violador estará en la boleta.
México Manchado.
El presunto modus operandi de Macedonio: drogar a sus víctimas, violarlas y extorsionarlas
Citamos de El Universal:
Cuando despertó, J estaba en una recámara. Volteó hacia todos lados. Tenía dolor de cabeza.
“Me di cuenta de que mi vestimenta estaba mal acomodada y ahí estaba Félix Salgado Macedonio”, J recalcó el nombre, durante su declaración ministerial.
-¿Ya te sientes mejor, chiquita?
J se incorporó.
“De inmediato sentí húmeda mi vagina, sentí como que me salía semen de mi vagina. Comencé a llorar y le dije que porqué había hecho eso, le reclamé, pero él solo se limitaba a reír.”
J, despavorida, salió corriendo de la casa. Se cercioró que en una bolsita de su pantalón, donde solía guardar su teléfono móvil, llevaba su aparato. En la ofuscación y el miedo, olvidó su bolso de mano.
Desde esa zona, cercana a Caleta, se fue caminando hasta su casa: más de cinco kilómetros de sudor, una hora de agobio, de confusión, hasta la calle Constituyentes.
Ya en su hogar, se sentía fatal.
“Me sentía aturdida, no sabía que hacer, no asimilaba lo que me había ocurrido.”
Como a los quince minutos de haber llegado a su casa, recibió una llamada de La Jornada. Contestó porque pensó que era su jefa. No. Era Félix.
El terror apenas comenzaba.
“Me dijo que tenía que ir, o que iba a arrepentirme. Dijo que quería hablar y darme mi bolso. Pensé en no ir, yo sentía mucho miedo, y le dije que no quería ir, pero él me dijo que viera mi WhatsApp”.
J miro con estupefacción su teléfono. Por WhatsApp, Félix le envió una foto, una imagen donde ella aparece completamente desnuda, sin marcas, sin cicatrices, acostada en una cama. Es el anexo 4 que J ofreció en la carpeta de investigación de su caso.
“Me dijo que tenía mucho más y que me las iba a dar, que estaba arrepentido, que me esperaba en su oficina.”
Para recuperar sus pertenencias, a las cinco de la tarde, que era su hora de entrada laboral, J se dirigió, muy temblorosa, rumbo al diario.
No sabía lo que le esperaba.
“Cuando llegué al periódico traté de aparentar que no había pasado nada.”
J se sentó en su lugar de trabajo. Poco después Félix mandó a traerla.
“Cuando entré, cerró la puerta y me quiso besar, cosa que no permití.”
Félix se rió y volvió a reírse cuando ella le dijo que eso no estaba bien. Él le ordenó que se sentara y viera lo que había en su computadora personal.
Escucha nuestro podcast
“Tenía como veinte fotos de mí totalmente desnuda, incluyendo la que me había mandado por WhatsApp, y dos videos. Uno donde se ve que se unta algo en el pene y después me lo introduce. Otro donde me voltea en el filo de su cama y me está introduciendo su pene.”
-Tengo más. Quiero que vayas mañana a la casa, allá te los voy a dar. Te lo prometo, pero si no vas, se las voy a mandar a tu esposo, y te voy a publicar en redes. No quiero que estemos mal, mejor seamos amigos, ya mañana te las doy…