La ballena que se tragó a un león marino o el vicio de no leer. 

Hace días, distintos medios publicaron la fotografía que Chasse Drekker tomó en la bahía de Monterrey, California, en donde se observa a una ballena jorobada “tragando” a un león marino. 

Particularmente, el encabezado de la nota de la BBC dice: “La impactante imagen de un león marino cayendo en las fauces de una ballena.” Y a pesar de que la noticia da una explicación completa sobre el hecho y aclara que el león marino no fue tragado, en redes sociales un número importante de personas reaccionaron de manera negativa y sacaron conclusiones falsas a partir de premisas igualmente falsas. 

Entre los comentarios de la gente que tal vez no leyó el contenido y se limitó al título, estuvo la suposición de que ante la crisis ambiental que vive el planeta, los cetáceos han tenido que modificar su dieta, comiendo ahora a otros mamíferos. Esto se puede refutar con facilidad, no solo con la información de la misma fuente de la fotografía, sino también con revisar las características de las ballenas jorobadas en distintas páginas de internet o en enciclopedias convencionales. 

Es claro que en su afán por conseguir lectores, muchos medios apelan a encabezados tendenciosos o ambiguos, más esto no debería ser justificación para suponer cosas que no son reales o que por lo menos, hasta la fecha, no pueden sostenerse a partir de evidencia. Bastan unos pocos segundos o minutos para indagar que la morfología y fisiología de la ballena, hacen casi imposible que en algún momento pueda comerse a un animal del tamaño de un león marino. 

Es factible que en un punto de la historia, la ignorancia sobre ciertos temas se debiera a lo inaccesible de la información. No obstante, hoy en día hay un sinnúmero de fuentes a la mano. También está latente la obviedad de que si alguien tiene acceso a redes sociales, posee entonces la manera de informarse respecto a tópicos particulares. 

Este fenómeno de conjeturar algo partiendo de encabezados es común. Tanto, que se pueden volver un hecho de trascendencia nacional. Prejuicios e ideas preconcebidas nutren el desarrollo de deducciones ficticias o imprecisas. 

El ejemplo de la ballena que no devoró al león marino es algo concreto. Posee una sencillez relativa que poner de manifiesto lo fácil que resulta estar equivocado. Cuanto más sucede esto al tocar temas políticos y económicos. En donde las interpretaciones son diversas y la complejidad es mayor, por lo tanto, leer las veces que sea necesario es de suma importancia para no caer en desenlaces errados. 

 

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1 comentario

  1. Nury
    09/08/2019 at 19:57 — Responder

    El mal del clickbait y las personas que no leen las a artículos completos.

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