Greta Thunberg está preocupada por el cambio climático, tiene 16 años y fue nominada al Nobel de la Paz
Greta Thunberg tiene 16 años, vive en Suiza y a su corta edad ya está haciendo historia. Para algún lector poco agudo, podría parecer una historia sacada de Los Simpson, ya que es una adolescente con sensibilidades que usualmente relacionamos con adultos y una vocación activista/política hacía un tema idealista pero no por eso menos urgente: el cambio climático y su impacto en la longevidad de nuestro planeta.
Leemos en The Guardian que la cruzada de Greta, por un cambio de fondo en las políticas públicas y su impacto en el medio ambiente, comenzó hace ocho meses con un viernes que decidió faltar a la escuela para protestar frente al parlamento suizo con una icónica pancarta: skolstrejk för klimatet (o huelga escolar por el cambio climático). Más allá de una curiosidad en las world news de las agencias noticiosas, la historia de esta adolescente tiene unas aristas realmente interesantes:
- Sus padres son celebridades nacionales. Y en los dos sentidos más influyentes que nos pudieramos imaginar: en primer lugar no son políticos o servidores públicos, sino que su mamá es una estrella de la ópera y su padre un actor que ha incursionado en la escritura.
- La sensibilidad, que podría rozar en el cliché pero no por eso ser menos franca, de un hogar en un país desarrollado [sin tantos bemoles geográficos como Estados Unidos, para empezar] y con una crianza artístico/cultural, ayuda en que esta chica haya podido desarrollar su peculiar campaña que este marzo le valió una nominación al Premio Nobel de la Paz.
- Greta es autista y tiene mudismo selectivo, aspectos que han sido destacados en algunos titulares que a este redactor le parecen más bien insensibles. No es que Greta sea activista, “a pesar de” ser autista, sino que precisamente el autismo y su crianza (con esos padres y en Suecia) la envolvieron en una situación donde [declaró a The Guardian] le fue posible concentrarse en su horror ante lo que los seres humanos le estamos haciendo al planeta a través de la polución. Este sentimiento se ha volcado a una campaña que comenzó sola en una narrativa que [insisto] alguien podría calificar de simpsoniana: faltando a la escuela, con carteles hechos en casa y sin mayor apoyo que su voluntad, sola y sin prensa. Pero nada más aman los medios de comunicación que este tipo de historias.
- Este 15 de marzo, a la par de la nominación al Nobel, Greta ya no estuvo sola ya más de 100 país se unieron a la protesta que Greta inició en solitario el año pasado y en el mismo ánimo: faltando a la escuela en viernes.
El movimiento de Greta, más grande que nunca luego de este viernes 15, se llama Fridays for future y aunque la adolescente ha puesto en aprietos a líderes del mundo al hablar en su país o el Foro Económico Mundial, ya algunos políticos (como un ministro alemán) han mostrado su inconformidad por los detalles menos importantes como el hecho de ser críticos a la cruzada porque los chicos faltarían a clases, en lugar de debatir lo realmente importante: nos estamos acabando al planeta.
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