La realidad al desnudo

Por Martín Salas

Para entender al poeta Carlos Sánchez es necesario extraviarse en las dislocadas avenidas de su memoria. Requiere perderse en sus infiernos habituales, entre los espacios subterráneos que son la materia prima de sus creaciones. Es en estos lugares recónditos donde cobra sentido su poesía, su palabra, las líneas que cristalizan su existir dentro de la literatura.

Desde sus inicios su narrativa se ha especializado en proyectar los puntos ciegos, los silencios y amnesias sociales. Sus páginas han retratado un sin fin de situaciones que se ocultan bajo la sombra de la cotidianeidad. El autor ha logrado configurarse como una voz que habla por aquellas que no tienen eco, como el último aliento de quienes han sido devorados por las aguas agrestes de esta ciudad, y sobre todo, como un testimonio de quienes las han sobrevivido.

Dichas inquietudes imperan en sus construcciones literarias más recientes, tal es el caso de Entrevista con el poeta; Editorial La Biznaga cartonera, 2018. Una colección de cinco historias en las que Carlos Sánchez se despoja totalmente de sus capacidades narrativas para aventurarse ahora en su primer ejercicio dramatúrgico.

Podemos apreciar el libro como un espejo que ha quedado roto al entrar en contacto con la firmeza del suelo y se ha desbaratado cinco fragmentos, cada uno de ellos,  una pieza teatral. En la singularidad de cada trozo se hace presente la terrenal necesidad de perpetuar el instante, ya sea por medio del “alucín”, del recuerdo, del delirio, de una carta o un papalote. Esa necesidad tan humana de perpetuar el instante para no morir, para no ser presa fácil del olvido.

A pesar del carácter ficticio de estas representaciones no hay en ellas nada metafórico. La realidad se presenta cruda, fría, violenta. La escritura de Sánchez se enfrenta directamente a la materialidad del diario acontecer. No deja nada de por medio, ningún juicio, ninguna explicación. Nos presenta los hechos al desnudo y deja la interpretación a los lectores.