La CFE de Bartlett apuesta por el carbón y da la espalda a energías limpias

En julio de 2018 y tan sólo a unas semanas de que el presidente López Obrador ganara las pasadas elecciones, dos articulistas en el New York Times se preguntaban si el de Morena sería el primer mandatario en lanzar a México como una potencia mundial en energías limpias.

Así decía el texto de Lisa Viscidi y Nate Graham, publicado en un ambiente político muy diferente al del día de hoy, especialmente en el tema de energía y el manejo de combustibles por su gobierno:

La noche de las elecciones, ante un Zócalo repleto, López Obrador confesó su deseo de “pasar a la historia como un buen presidente de México”. Si logra transformar la matriz energética de México, es muy probable que también sea recordado por darle al mundo un ejemplo de transición a las energías limpias.

Para lograrlo, deberá atraer mayor inversión privada al sistema de transmisión y distribución de México, introducir beneficios focalizados en la industria local de energías renovables y dedicar más recursos al mejoramiento del proceso de consulta sobre nuevos proyectos. 

Y en cuanto a los antecedentes prácticos para tener esta expectativa sobre AMLO, apuntaban algunas promesas de campaña y declaraciones históricas:

El presidente electo prometió incentivar, mediante estímulos tributarios y acceso a créditos, a las industrias locales para que fabriquen partes para plantas de energías renovables. Además, al término de su gobierno, quiere ver en las calles mexicanas 100 000 autos eléctricos que funcionen con energía solar. A lo largo de su presidencia, estas propuestas reducirán las emisiones de México un 6,8 por ciento anual.

Además de algunos datos que no se basaban en promesas:

Al desarrollar la generación de energías renovables, México no solo reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también disminuirá la contaminación del aire y mejorará la seguridad energética, ya que se diversificarán las fuentes de combustible. México tiene un potencial eólico ocho veces superior al nivel de capacidad eólica instalada en este momento. Cuenta con uno de los recursos solares más altos del mundo: 75 veces la capacidad total actualmente instalada en el país.

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En febrero de 2019, a más de seis meses de este planteamiento esperanzador por los dos especialistas en cambio climático, al tema de energías renovables se le está dando lo que parece ya el típico tratamiento 4T: en realidad vamos a voltear al retrovisor.

El aspecto más demoledor, contundente y simbólico fue el nombramiento de Manuel Bartlett al frente de la Comisión Federal de Electricidad. Un servidor público macizo pero infaliblemente relacionado al PRI de antaño, si bien ha sido compañero de grandes batallas para AMLO con la bandera del PT y ahora de lleno con Morena. A pesar de su roce con la caída del sistemael mismo tabasqueño ha apuntado con declaraciones purificadoras lo que siente sobre Bartlett:

“Si en el pasado tuvieron un acto reprobable pero están en condiciones sinceras de enmendarlo y actuar con rectitud, poniendo por delante los intereses de la Nación, debe de permitirse la participación de quienes en otros tiempos actuaron de manera incorrecta”.

Explicador: ¿Qué dice López Obrador sobre Bartlett y la caída del sistema ?

Lo peculiar de llevar al político de 83 años a la CFE, sin que precisamente su edad o afinidad al tema energético fueran lo importante, tampoco pasó desapercibido en el aspecto social:

Lo que dijo Manuel Clouthier Carrillo sobre Bartlett: Se robó la elección en 1988

Se sabe que con Bartlett al frente, la CFE invertirá muchísimo pero en rehabilitar plantas eléctricas de carbón, acción que podemos interpretar como una especie de apuesta al pasado si la confrontamos con otra decisión polémica que atenta contra el desarrollo de energía renovable.

Así dice la nota de Forbes sobre las plantas eléctricas de carbón, una apuesta a problemas inmediatos o que atañen al sexenio pero que no atiende al futuro:

La compañía dirigida por Manuel Bartlett invertirá 10,416 millones de pesos (mdp) en plantas de carbón, mientras que en la rehabilitación de centrales geotérmicas e hidroeléctricas gastará solo 980 y 340 mdp respectivamente, según la estrategia programática del proyecto de presupuesto 2019.

Estas medidas forman parte de lo objetivos operativos de la empresa estatal, que incluyen mantenimientos a plantas eléctricas, así como modernizaciones, reconversiones de combustóleo a gas y repotenciaciones para poder atender en el corto y mediano plazo la creciente demanda de electricidad del país.


Es digna de resaltar la diferencia entre lo invertido al carbón (más de 10 mil mdp) contra lo que se destinará a geotérmicas e hidroeléctricas (ni el 10% en comparación) para 2019. Hay que tomar estas posturas con un grano de sal pero los industriales de las energías renovables han manifestado su sorpresa ya que la energía solar o eólica le resultaría en precios más económicos a la CFE. Para rematar el cuadro, un Senador de Morena ya salió a declarar que la energía eólica no resolvería los problemas de demanda, por lo que es necesario invertir en carbón, aunque eso no explica el desprecio presupuestal ni otra polémica decisión.

Pasa que la CFE de Bartlett canceló una licitación para la línea de transmisión de alto voltaje que iría del Istmo de Tehuantepec hasta Yautepec, Morelos. ¿Qué quiere decir? Se echó para abajo el avanzar en un proyecto que hubiera generado energía a partir de fuentes limpias.

Leemos en Expansión:

El proyecto 303 LT en Corriente Directa Ixtepec Potencia–Yautepec Potencia se llevaría a cabo bajo una asociación público-privada, en un esquema comercial conocido como Construye, Opera y Transfiere (Build, Operate and Transfer o BOT, por sus siglas en inglés), que considera un esquema de pagos iguales durante 25 años, a partir de la entrada en operación del proyecto. La inversión requerida era de 1,700 millones de dólares.


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La CFE explicó que “no existen las condiciones para continuar con el presente concurso”, luego de analizar el proyecto y las estrategias financieras y de inversión.

Más allá de que dicho proyecto sea cancelado, también hay que tener en cuenta otro tipo de consecuencias. El gobierno de Oaxaca no fue muy fanático y hasta exige saber si se reemplazará por otra licitación federal ya que se consideraba esa línea de transmisión para atraer nuevas inversiones.
Dice la nota de La Jornada:

Señaló que anteriormente ya había platicado con el presidente, Andrés Manuel López Obrador de este esquema el cual vio con buenos ojos, pues servirá para el proyecto integral del Istmo de Tehuantepec, por ello confía en que la cancelación de este plan mediante el cual se pretendía transmitir hasta tres mil mega vatios, sea solamente con la intención de realizar ajustes a la inversión.

Explicó que solicitará de manera formal una reunión con el director de la CFE, Manuel Bartlett para conocer los planes que se tienen para la sustituir la cancelación de la línea de transmisión, ya que insistió es de suma importancia, pues hay diversas empresas extranjeras que tienen proyectada la construcción de parques eólicos en el Istmo.

Es así que mientras se desprecia la búsqueda de energías limpias, se aumenta la inversión en carbón por la CFE de Bartlett.

Nos recuerda a alguien más.

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El dato: Con el objetivo de reactivar la economía y la producción del carbón en la región Carbonífera, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reanudará la compra de 400 mil toneladas de carbón. (Vía)

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