El nuevo comercial de Gillette contra la masculinidad tóxica sacó varias lágrimas de hombres

Un tema recurrente en Tercera Vía son los intentos, miserables o exitosos, de las marcas y agencias de publicidad por apropiarse del discurso progre (woke, en inglés) en campañas publicitarias dirigidas a la audiencia más atractiva comercialmente hablando: los millennials. Son (¿somos?) el futuro y las generaciones que vienen verán nuestro ejemplo, por lo que las posturas de avanzada sólo pueden volverse más populares a pesar del avance de ciertos movimientos conservadores alrededor del mundo.

Lo decimos por el más reciente anuncio de una marca de rastrillos, pero también por la campaña de Nike con un toque feminista y con Colin Kaepernick incluso las fallas maquinadas por creativos poco inteligentes como el penoso acto viral de Grupo Modelo contra el racismo, lo whitexican de la activación de Indio o el poco tacto de los influencers comprados por Hershey’s. Mientras algunos opinadores pueden enfocarse en el rechazo que enfrentaron las campañas exitosas y los riesgos para  las marcas, la verdad es que el que unos baby boomers dejen de comprar zapatillas o productos de higiene personal es una medida calculada debido a que no son un público llamativo.

Estamos muy mal si las marcas son nuestra brújula moral

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Más allá de un prejuicio o suposición, podemos ver un fenómeno que valida esto: las estaciones de radio y canales de cable año con año ven su valor a la baja debido a que su audiencia no crece y sube de edad, lo que los vuelve poco atractivos para los anunciantes. Es decir, no tienen milénicos. Tan así que [por ejemplo] Disney está emprendiendo un competidor a Netflix porque el crecimiento está en plataformas digitales propietarias y no en las cableras (ESPN, Disney Channel, FX, Freeform) o estaciones de aire (ABC).  Esto mismo pasa con las marcas, quieren ser jóvenes y sexys y una manera certera es con una capa de maquillaje progre.

Esta postura ¿inválida el anuncio de Gillete? para nada, pero no soy lo suficientemente cínico como para no ver el oportunismo. Aunque no es la mejor campaña, ya que carece del sentimiento cinematográfica de la de las morras corredoras de Nike por la CDMX, el mensaje es claro: no eres más hombre por ser un acosador o bully, ni por ser parte del manterrupting en el ambiente laboral. Al contrario, eres menos hombre. Y das un mal ejemplo a los hombres del futuro (niños, también les dicen).

Es un buen mensaje, en una gran plataforma (publicidad de una empresa con millones de pauta en televisión y digital), para la audiencia que en verdad es valiosa (en número y poder adquisitivo). Y hecho por grandes cínicos.

Posdata

Por supuesto, hubo lagrimasdeonvrez con argumentos marca #VamosMachitoDiLoTuyo:

 


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