Volvieron los alimentos y botanas al Senado pero en los últimos seis años nos costaron 132 mdp
Aunque en algunos frentes hay avances, estamos viviendo un retroceso en algunos aspectos de la incipiente legislatura. Incluso en niveles tan absurdos que parecen preocupantes ya que, por ejemplo, los cambios no están durando ni dos días.
Resulta que el servicio de edecanes y meseros ha sido restaurado en el Senado, trascendiendo que la supuesta austeridad (¿republicana?) planteada por la bancada líder [Morena] no ha durado ni siquiera una semana. Leemos en Excélsior, quienes sospechamos que redactor no sin un poco de ironía:
Después de un primer día de extrema austeridad, el Senado decidió que repondrá el servicio de comida ligera para los senadores en sesiones del pleno, con semillas y chapatas, cuando la sesión rebase las 15:00 horas.
Además, regresará al servicio de edecanes, luego de que el martes los senadores debieron ir por su propio servicio, lo que dificultó que los 25 de las filas centrales tuvieran dificultad de recorrer todos los escaños para poder salir por su agua y su café.
Siguiendo en la misma línea jocosa de la nota del diario, una pregunta: ¿Cuánto hubiera afectado la productividad legislativo que los senadores fueran por su propio café?
Justo hace unos días, en la CDMX ponían el ejemplo al prohibir las edecanes pero por el concepto de fines de promoción o decorativos, mientras que la información que proporcionó Ricardo Monreal (de Morena) en relación al regreso de estas en el Senado más bien refiere una función similar a la de meseros.
Para evitar estereotipos, ya no habrá más edecanes en eventos oficiales de la CDMX
Monreal no ha revelado los costos de estos servicios, que refiere como ligeros y exclusivamente luego de las 3 de la tarde, pero en los seis años pasados costaron casi 132 millones de pesos, de acuerdo a Reforma. Tampoco la actual dirigencia del Senado ha dejado claro si estas botanas también serán para reuniones en comisiones y reuniones de grupos.
La nota de Reforma también indica que mientras en la pasada legislatura el presupuesto para este privilegio fue de 14.4 millones de peso por año, en 2018 (que sólo fue un semestre) se rebasaron los 33 mdp.
Si bien, es entendible que por eficiencia tal vez sea necesario que se les acerque algo básico como agua embotellada, lo risible viene cuando apenas iniciando la semana los de Morena presumían la austeridad que hoy ta tuvo su primer tropezón