El vínculo entre el lenguaje, el jazz y el canto de las ballenas
Investigadores de ciencia cognitiva de UC Merced han desarrollado un nuevo método para analizar y comparar los sonidos del habla, la música y las vocalizaciones complejas de animales, como los cantos de ballenas y pájaros. El documento que detalla sus hallazgos se encuentra publicado en el Journal of the Royal Society Interface.
Su método se basa en la idea de que estos sonidos son complejos porque tienen múltiples capas de estructura. Cada idioma, por ejemplo, tiene sonidos individuales, que corresponden a las letras, que se combinan para formar sílabas, palabras, frases, oraciones, etc. Es una jerarquía que todos entienden intuitivamente. Las composiciones musicales tienen sus propias jerarquías temporales, pero hasta ahora no ha habido una manera de comparar directamente las jerarquías del habla y la música, o probar si podrían existir jerarquías similares en las canciones de pájaros y ballenas.
“Tocar música de jazz se asemeja a una conversación entre músicos, y las orcas son criaturas muy sociables que vocalizan como si estuvieran hablando entre sí ¿Pero la música de jazz realmente suena como una conversación, y las orcas realmente suenan como si estuvieran hablando?”. Estas son algunas de las preguntas del investigador principal Chris Kello. “Sabemos que las orcas son altamente sociables e inteligentes, pero es difícil decir que interactúan cuando escuchas sus grabaciones. Nuestro método muestra en que magnitud sus patrones de sonido se parecen a los de personas hablando, y como difieren de los sonidos de ballenas y aves menos sociables”.
Los investigadores descubrieron una forma de medir y comparar grabaciones de sonido convirtiéndolas en “códigos de barras”. Estos códigos de barras permitieron a los investigadores comparar directamente jerarquías temporales en más de 200 grabaciones de diferentes tipos de discurso en seis idiomas diferentes, diferentes tipos de música popular y clásica, cuatro especies diferentes de pájaros y ballenas cantando sus canciones, e incluso tormentas eléctricas.
Kello y sus colegas han estado usando el método del código de barras por varios años. Primero lo desarrollaron en estudios de conversaciones pero primera investigación en la que aplican el método a la música y vocalizaciones de animales. “El método nos permite hacer preguntas sobre el lenguaje humano, la música y los lenguajes de animales que no podríamos preguntar sin una manera de ver y comparar patrones en todas estas grabaciones”, dijo Kello.
Una canción común
Los investigadores también descubrieron que las canciones inolvidables de las enormes ballenas jorobadas son notablemente similares a las hermosas canciones de pequeños ruiseñores y zorzales ermitaños en términos de sus jerarquías temporales.
“Las jorobadas, los ruiseñores y los zorzales ermitaños son cantantes solitarios”, dijo Kello. “Los códigos de barras muestran que sus canciones tienen capas de estructura similares, pero aún no sabemos lo que significa”.
Balasubramaniam, uno de los colaboradores en el estudio, está interesado en continuar el trabajo para comprender mejor cómo los cerebros distinguen entre la música y el habla, mientras que Kello dijo que hay muchas avenidas diferentes para seguir.
Por ejemplo, los investigadores encontraron jerarquías temporales casi idénticas para seis idiomas diferentes, lo que puede sugerir algo universal sobre el habla humana. Sin embargo, debido a que este resultado se basó en las grabaciones de TED Talks, que tienen un estilo y progresión comunes, Kello dijo que será importante seguir viendo otras formas de habla y lenguaje.
Una de sus estudiantes graduadas, Sara Schneider, está utilizando el método para estudiar la convergencia de los códigos de barras en español e inglés en conversaciones bilingües. Otro estudiante graduado, Adolfo Ramirez-Aristizabal, está trabajando con Kello y Balasubramaniam para estudiar si el método del código de barras puede arrojar luz sobre cómo el cerebro procesa el habla y otros sonidos complejos.
“Al escuchar música y hablar, podemos escuchar algo de lo que vemos en los códigos de barras, y la información puede ser útil para la clasificación automática de grabaciones de audio. Pero eso no significa que nuestros cerebros procesen la música y el habla utilizando estos códigos de barras”. Kello dijo. “Es intrigante, pero tenemos que seguir haciendo preguntas e ir a donde nos llevan los datos”.
Con información de Phys.org | Selección, traducción y edición del Colectivo Alterius.