La dolorosa derrota del PRI en estas elecciones y lo emblemático de perder Atlacomulco
Este fin de semana el New York Times pone el dedo sobre la llaga en el tema que es la otra gran nota de las elecciones de hace justo una semana: la derrota del PRI en las urnas, perpetrada por una sociedad que tiene fresco un sexenio priísta lleno de corrupción (Estafa Maestra, Javier Duarte, Casa Blanca, #GobiernoEspía) e impunidad (los 43 de Ayotzinapa, la amenaza de un #FiscalCarnal, la guerra contra el narco).
El hartazgo colectivo tiene muchas fotografías:
- La mera victoria estadística de Morena
- El bajón del PRI a un irrelevante tercer lugar en Jalisco, con Movimiento Ciudadano en primero y un Morena que apenas en un puñado de años se levantó.
- La derrota para el Senado en Nuevo León.
- Un doloroso tercer lugar para Mikel Arreola en la Ciudad de México.
- Haber perdido Chiapas al no haber concretado una alianza con el Partido Verde, mismo que es relevante en la entidad pero suele tener porcentajes bajos en comicios nacionales o de otros estados.
- No haber ganado ni una sola diputación local en Aguascalientes, mucho menos las federales y haber quedado en tercer lugar en la carrera por el Senado, superados por Morena en segundo (con dos candidatos que no salieron a las calles) y Por México Al Frente en primero.
- Y una de las más emblemáticas: perder en Atlacomulco, un bastión ideológico y simbólico del partido, en un estado (Edomex) que hasta el año pasado se pensaba sumamente priísta, pero el actual gobernador (Alfredo del Mazo) tuvo una victoria sospechosa con un porcentaje bastante cercano al segundo lugar (Delfina Gómez, de Morena).
Para el New York Times esto último no pasa desapercibido y su artículo Mexico Town’s Identity Was Defined by 1 Party. Then, the People Turned on It es un doloros recordatorio de cómo el PRI perdió en su propia casa. Entre las joyas del texto está la mención de un funcionario de la tesorería que afirma siempre haber estar ligado al PRI pero que votó por Morena para que sus hijos tengan un mejor futuro, de acuerdo a su criterio.
Incluso, otro entrevistado menciona un chiste que es famoso desde el triunfo de Vicente Fox en el 2000, aquel en el que las siglas del Revolucionario pasan de PRI a RIP, como en una cripta. Un comerciante local es más pragmático, afirma que el PRI [como siempre, dice] se renovará. La duda es si eso no pasó ya este domingo.
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1 comentario
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