El carnaval de Binche: una danza medieval para ahuyentar al invierno

El Carnaval de Binche es uno de los eventos más importantes de Europa y tiene lugar año con año en Bélgica. Debe su nombre a la ciudad homónima en donde se realiza, asentada en la parte francófona del suroeste de Bruselas. Considerada patrimonio inmaterial de la UNESCO en 2008, se trata de una festividad que combina el gozo del baile, la hospitalidad, muchos litros de champagne y el discreto encanto que reviste cualquier antiquísima tradición.

Los legendarios Gilles de Binche son los personajes centrales del carnaval. Para los habitantes de la ciudad ser un Gille es todo un honor y supone invertir dinero: pueden gastar 1500 euros o más en sólo unos días. Por otro lado, sólo los hombres residentes de Binche o desendientes de un padre o abuelo de la ciudad pueden formar parte del elenco.

Casa Kersten es el negocio familiar en donde Karl Kersten realiza los hermosos trajes del Gille junto a su padre y su abuelo. Ellos, además, son los tres únicos artesanos de trajes en Binche, y en conjunto producen cerca de cuatroscientos trajes al año, pues aunque Binche es la ciudad más famosa de la región y el único lugar que tiene el Carnaval, durante el Mardi Gras, también hay eventos similares en los pueblos vecinos, así que los Kersten trabajan los siete días de la semana para satisfacer esa demanda.

Fotos de la “Casa Kersten”, el espacio donde los Kersten atiende a los clientes. Cabe destacar que preparan el Carnaval con tres meses de anticipación.

Foto: Annick Donkers
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Foto: Annick Donkers
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Foto: Annick Donkers
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El taller de la Casa Kersten y la bodega de ropa resguardan los trajes tradicionales (con blusa y pantalón), el cinturón con campanillas de cobre, los sombreros con plumas de avestruz, un cuello con encaje con flecos dorados, un gorro blanco de cotón, una mascara de cera producido en el Atelier Pourbaix y zuecos de madera.

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Foto: Anick Donkers
Foto: Annick Donkers

 

Foto: Annick Donkers
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Foto: Annick Donkers
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Foto: Annick Donkers
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Los colores rojo-amarillo-negro son los de la provincia Hainaut, donde se asienta Binche, e incluyen los símbolos de estrellas, leones y coronas.

Foto: Annick Donkers
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Durante el Carnaval, los grupos se dedican a bailar para “expulsar al invierno” y a los malos espíritus. Por eso los Gilles tienen campanas y una rama.

Foto: Annick Donkers
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La mariposa es el símbolo de la Casa Kersten.

Foto: Annick Donkers
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Cuentan las leyendas que el carnaval procede de una época medieval, cuando Bélgica aún no existía y los españoles ocupaban ese territorio. El vestuario sería producto, a su vez, del su contacto con los incas. Para Karl Kersten, sin embargo, esa historia fue “fabricada por un periodista” y los origines del Carnaval están “en Binche mismo”.

Foto: Annick Donkers
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Foto: Annick Donkers
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Cuando llega el domingo de carnaval todas las personas deben vestir un traje de fantasía. Cabe destacar que la tradición demanda que el domingo previo se pongan su traje del año anterior y vistan un nuevo traje el día del carnaval. 

 

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Traje inspirado por la película “La Gran Juerga/ La Grande Vadrouille” del actor Louis de Funes | Foto: Annick Donkers

Lunes del Carnaval : Es el día destinado a los niños y los jóvenes

 


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Foto: Annick Donkers
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Martes del Carnaval / Mardi Gras:

Es el día más importante, cuando aparece el “Gille de Binche” y más de mil “Gilles” salen a las calles. El carnaval empieza muy temprano, hacia las tres de la mañana, cuando el Gille de Binche, el más importante de todos, se prepara en su casa para su recorrido.

Es ahí donde concurren todos los invitados, a quienes se les ofrece un vaso de champagne. El proceso de preparación del traje de “Gille” supone preparar un poco de paja, que viene de una granja en particular, de modo que pueda dibujarse una joroba en la espalda del actor. Posteriormente se reune con él un acólito, provisto con un tambor, cuya función es acompañar al Gille durante todo el día. Ambos irán de casa en casa -en el orden determinado por la tradición: de afuera de la ciudad hacia el centro- para buscar a los otros “Gilles”, a quienes deberán invitar un vaso de champagne. Eventualmente todos los “Gilles” se dirigirán a la plaza de armas, donde desayunarán ostras, salmón y más champagne, hasta cerca de las 10 de la mañana. Después, serán recibidos por el Alcalde y los concejales en el Ayuntamiento.

Preparación de un “Gille” en casa de sus padres:

Fotos: Annick Donkers

Cuando el Guille llega a la casa de otro, se saludan e invitan a todo el grupo a la casa, donde el anfitrión ofrece a cada uno un vaso de champagne.

Fotos: Annick Donkers

El desayuno con ostras y salmón les sirve para no emborracharse.

Foto: Annick Donkers
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Niños Gilles de Binche recibidos en el Ayuntamiento

Foto: Annick Donkers
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Por la tarde, los “Gilles” se reunen nuevamente en el centro y tiran naranjas a los visitantes como símbolo de la distribución de la comida en tiempos de escasez, así como para pedir una buena cosecha. Es por eso que quienes viven en las casas por donde pasan los “Gilles” tienen que proteger sus ventanas, de modo que no haya consecuencias en caso de que una naranja vuele hasta ellas.

Foto: Annick Donkers
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Fotos: Annick Donkers

Los diferentes grupos del Carnaval tienen sus propios locales para festejar.

Foto: Annick Donkers
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Finalmente, por la noche se realiza una danza alrededor del fuego, de modo que la fiesta continúa hasta la madrugada. Por la mañana Binche vuelve a su estado de tranquilidad cotidiana, a la espera del siguiente año, y por qué no, de abundantes cosechas.

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CRÉDITOS

Texto y fotos: Annick Donkers
Edición: César Alan Ruiz Galicia
Diseño Web: Francisco Trejo
Ilustración original: Jonathan Gil

 

 

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