Las cosas que nunca creímos que pasarían y ocurrieron en 2016
Pareciera que el año 2016 se decidió a trollearnos a todos, como una especie de rutina cómica en la que piensas que el narrador no va a superar su broma anterior y oh cielos, al día siguiente sucede algo más increíble.
Para ponerlo en perspectiva: entre diciembre del 2015 y enero del 2016, el Huffington Post decidió tomar en serio la candidatura de Donald Trump al ver que las cosas iban en serio y el republicano estaba dando una fuerte batalla en las internas. Seis meses antes toda su cobertura había sido relegada a la sección de entretenimiento, que es lo que en un mundo coherente tal vez debería de pasar. Y final todos sabemos lo que sucedió:
En temas más ligeros, una especie de meme viviente en el mundo del showbiz era que Leonardo DiCaprio simplemente no ganaba un Premio de la Academia. Si bien otras figuras épicas como su padrino Martin Scorsese también han sufrido dicho desdén por la Academia, el caso de DiCaprio cautivó a las audiencias y finalmente, tal vez por una películas menor en su filmografía, fue acreedor al Oscar por El Renacido. Y así muere un meme.
Hablando de tonterías que se vuelven virales, otra cosa que parece de Inocente Palomita es la fascinación nacional más que nunca acerca de volver masivas cosas que no deberían de serlo. El ejemplo más claro se vivió esta semana con la transmisión de los XV años de Rubí, una joven de San Luis Potosí que alcanzó notoriedad debido a lo peculiar de la invitación a su fiesta en Facebook. Lo cruel de todo lo esto lo dice bien Maca, fundador de Mediotiempo, en un post en Medium:
Rubí disfruta la fama. Se pasea por estudios de televisión, recibe ofrecimientos para sumar padrinos y provoca tumultos en cuanto aterriza en la CDMX. Quizás no entiende que el país se burla de ella. Que la idea de ver a campesinos posteando videos en Facebook resulta hilarante a la mayoría. Que hasta antes de su invitación muchos pensaban que en pueblos como La Joya no se abrían eventos en Facebook para confirmar la asistencia de los invitados. Tampoco entiende que la chiva de diez mil pesos provoque tantas risas. Lo que para ella es normal, para otros forma parte de una celebración del submundo, de un México que nos atrevemos a ver sólo para ridiculizarlo. El esfuerzo de un padre por celebrar a su hija transformado en un showmediático sin escrúpulos, que en el fondo segrega entre supuestos mexicanos de primera y segunda categoría.
Si al momento de leer esto no recordamos más que a Paco el niño de las empanadas, Rubí y Lady Wuuh es porque estas figuras marginales que las redes sociales encumbran simplemente son productos desechables en la discriminación que cometen las mexicanos. Y no solamente en términos intelectuales o económicos, ya que parte del 2016 también fue el slut shaming a nivel nacional de una joven novia (#LadyCoralina) en el que fueron participes medios como El UniversaL o las televisoras. Insistimos, parece broma del 28 de diciembre el que medios masivos tomaron partido en el escarnio a una joven.
Asimismo, luce como una burla el que luego de un largo camino para conseguir la licitación de la tercera cadena televisiva nacional, Grupo Imagen ¡simplemente comete una copia al carbón de TV Azteca y Televisa!. Ni El Deforma lo hubiera predicho. También el rubro de la televisión, Televisa se hundió más de manera crítica y económica ya que su intento de copiar a Jimmy Fallon/James Corden/David Letterman con Ésta noche con Arath fracasó en menos de tres meses y encimo de todo se va a premiar a los productores con el encargo de Saturday Night Live México. Por supuesto, también está el desplome en audiencia y las reacciones desesperadas como la remoción de Joaquín López Dóriga o el auge de los Youtubers para ganar algo de rating ante un parte de la población (los jóvenes) que prefieren los servicios en línea.
2016 también fue el año cuando la gente votó contra sus intereses. No solamente en Estados Unidos.
Tenemos el Brexit:
Con todo y los intentos de echar para atrás la decisión.
Y el no a la paz en Colombia:
El consejo editorial de Tercera Vía, escribió una editorial al respecto titulada Colombia, Brexit y Trump: cuando votamos en contra de nuestros intereses. Citamos un fragmento:
Hay que aceptar que quienes se presentan en las urnas pueden ser víctimas de espejismos autoritarios. Pero en el fondo el reto es construir una ciudadanía más informada y de alta intensidad en su participación pública. Las crisis de una democracia se superan con más democracia, no con su clausura.
Si bien cada año hay decesos de celebridades, artistas y políticos prominentes, 2016 ha sido señalado como un año en que se van nuestros héroes, o al menos aquellos de la generación X.
Justo ayer falleció Carrie Fisher a los 60 años, quien nunca dejó de trabajar o estar en la mira pública pero estaba viviendo una especie de revival con los nuevos episodios de Star Wars y la publicación de sus memorias. Un día antes nos dejó George Michael y no hay que olvidar que otros iconos para varias generaciones (empezando por la X) han también muerto. Desde Rubén Aguirre (El Profesor Jirafales), hasta Betsy Pecanins.
Tres enormes personajes en especial se fueron: Leonard Cohen, David Bowie y Juan Gabriel. Si bien no eran jovenzuelos, su existencia era algo que dábamos por hecho y cada quién a su manera cambió las artes y nuestra percepción del mundo.
Fidel Castro había sido declarado muerto varias veces por errores de publicación en agencias y periódicos pero su deceso en 2016 ha sido histórico y verdaderamente el fin de una era.
Repetimos, #FUCK2016.