Entre el insomnio y las series de televisión: poetas nacidos a partir de 1986
Algunos poetas mexicanos pertenecientes a la generación de 1986 se agruparán en torno al ciclo Primera llamada. Lecturas de poesía, “que ofrecerá un foro para conocer de primera mano obras y autores emergentes de nuestra poesía”. El ciclo tendrá lugar en el Salón de usos múltiples de la Casa del Poeta Ramón López Velarde el próximo jueves 10 de noviembre en punto de las 19 hrs. Los poetas que participarán en esa fecha del ciclo serán Aurelia Cortés, Herson Barona, Bruno Darío, Manuel de J. Jiménez, Valeria Mata y Yolanda Segura.
A continuación presentamos una brevísima selección de la poesía de los autores participantes, una muestra no representativa pero que intenta ilustrar el panorama de esta generación de poesía emergente.
Aurelia Cortés Peyron
Funambulismo
Alineo mis pasos sobre la cuerda,
hablo para mí:
tiemblo durante el espacio vacío
entre el pie izquierdo y el derecho;
quedan sólo las huellas en el aire,
sólo el rastro ensangrentado
de las vocales y otros sonidos
que no transitan,
huyen de mi lado lineal,
se despeñan, pierden el hilo
sin red que los rescate.
Sigo el camino
trazado de la mañana a la noche,
sembrado con señales luminosas:
no pises aquí, demórate,
hunde el pie en la arena que se desmorona,
salta ágil, avanza, galopa;
ahora calla, espera.
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Ventisca de palabras turbias en lo alto,
aves ajenas:
no me distraigan canoras,
no me distraigan
imágenes con sus reflejos,
imágenes de racimo variopinto,
no me deslumbren reflectores en lo altor de la carpa,
palomillas encantadas a su alrededor,
rostros expectantes y sus rubores:
que su respiración no tense mi cuerda ni la afloje,
que cada paso siga el compás idéntico a mi propia voz
no me enreden, listones multicolor, ramas
que se cruzan en mi corto vuelo,
no me hundan, estigias mentales,
huecos sin remedio:
cedan el paso a mi caminar suspendido, tarareado en línea recta.
Herson Barona
Remedio contra la tristeza
Cuando te sientas triste
piensa
en Jennifer Aniston
(su corte de pelo, el vestido
de novia —con el que aparece
en el piloto de la serie
que la hizo famosa—
con el que huyó
de su propia boda,
de su propia vida, por ejemplo),
piensa en la crueldad
con la que ha pasado
el tiempo
por su rostro ex perfecto
y no pienses
en lo que hará el tiempo contigo;
ve repeticiones de Friends
y piensa en Jennifer Aniston
cuando ve el capítulo
en el que sale Brad Pitt,
y siente cómo se diluye
el rímel de sus ojos
y siente cómo se diluye
lo que sientes, cómo
hay tristes más estúpidos
que tú.
Bruno Darío
V
Aquella virgen brillo de agua que ondula
entre el movimiento y el silencio leve
de un columpio quieto
con prisa casi lenta al fin confiesa
¿Qué crees tú que hago cuando duermo?
Las nubes bien masculinas
nos alumbran desde abajo
Habla despacio y el olvido se impacienta
Esta noche caminaré con los ojos y tú escucharás
el eco físico de mis pasos
Traza una muñeca sobre cada una de las mías
¿Qué crees tú que hago cuando duermo?
Busco a tientas voy
empañada por el vaho de la sombra
buscando la esquina la única esquina
en la que no llueve
El vidrio es ciego sí
pero escucha a lo lejos
un pañuelo que llora.
Manuel de J. Jiménez
Un ciudadano ausente dijo
Mi voz es el resumen de todos los insomnios
Efraín Huerta
Regreso lleno de arena.
Soy un habitante que se sacude
tras salir de un océano nauseabundo.
Estos días bajo la ciudad
hacen que me mire en los espejos
como un molusco tostado y miserable.
Estos días en nuestra ciudad
son como un aluvión de puentes
y sepelios públicos,
con bulevares fallecidos por la lepra.
Siento los instantes desde un cronómetro
a través del estómago que no desayuna,
pero almuerza 60 minutos a deshoras
acompañados por un sorbo de café.
Soy y fui tal vez
un hombre caminando por el Centro,
atento a las mercancías de los escaparates
tan vacíos,
iguales a los números que nunca cruzo
en el calendario.
Porque sé de propia vida
del ayer como un hoy fusilado,
los hoyos violentos,
por la sonrisa de sangre abierta.
A través de una ventana
busco mis zapatos y los perros
caminando en las calzadas de nylon,
sobre las piernas gordas de la noche.
Entonces el Ángel de la Independencia
es una esfinge con los senos crepusculares,
observándome desde una tristeza piadosa
de virgen lejana.
Me iré con ella,
encima de fuentes obscuras y edificios,
entre las regiones ya no de aire
sino de ciudadanos translúcidos.
Valeria Mata
Yolanda Segura
El cielo sobre Berlín
A Marta Favila
La felicidad cuando nos falta es un murmullo laxo
en el que no participamos,
un muro sobre el que colocamos imágenes sonrientes
para disfrazar la altura.
Tú siempre fuiste muchos, Damiel, legión para la nada:
quien ha sido ángel padece un problema de dibujo
porque no conoce la infancia
y sin preguntas no se puede ser un niño.
No sé si sabes que ser hombre
es apenas dar vueltas en círculos,
mirarse en el espejo
es reclamar el derecho al miedo
y tú no tienes:
sin espejo, sin circo y sin ella todo es falso
aunque Dios te diga lo contrario.
En su cuerpo hay una fiesta a la que no te invitan
(mirar nunca es existir
no es para ti la alegría de la piel frotada
porque sólo los que tocan tienen derecho a la nostalgia).
Decir alas es una mentira cruel:
el deseo no vuela, es tierra firme.