Nada es Neza sin su poesía
El día entra en una prolongación de traspareciencias inevitables. Algunas aves carcomen el cielo, con ciertos colores que nos aproxima un poco más con la añoranza; ese revuelo de tierra nos desata la memoria hacia la tradición literaria de Neza, hacia usos y costumbres apegados a la poética de sus orígenes. Somos toda esa poesía, que mucho han negado, pero que aún deambula en el legado fundacional de su nombre: Nezahualcóyotl.
Neza y sus calles, el aroma sepulcral del Bordo de Xochiaca -que siempre nos aproxima a la miseria-. Neza y el itinerario rebelde de sus resitencias, que sumerge en un retroceder progresivo de sus letras, de su lucha, de su devenir arterial de metáforas.
Somos un reflejo de lo que escribimos. Poetas en Construcción es una luz que emana de la muerte, para dejarse caer en los huesos de las casas y abrir las ventanas al mundo desoloado de la constelación; es andar como vagabundos en las calles de la imaginación, serpentear el amor en los recovecos de un anochecer enlutecido.
Desde 1991 han sido ellos predicadores de la palabra, edificantes del eje patrimonial de nuestra identidad. Repletos de vida, un16 de agosto abortaron al prodigio de sus sueños, -que sería llamado Poetas en Construcción- con más desesperación de libertad que de fama, con más dignidad que apoyo: ellos, con toda su humanidad desbordándose de sus ojos, en un país que olvida a sus poetas, que no absorbe ni lee ni consume poesía. ¡A nadie importan los poetas! ¿En qué momento el mundo dejo de creer en ellos? Son el desecho orgánico del pensamiento, el cráneo existencial de sus poemas; son los condenados al desprecio, a la muerte visceral de la ignorancia.
Son ellos, deambulando en el hemisferio transgresor de su conciencia con más de 70 publicaciones, reconocimientos, participaciones en festivales, eventos culturales y ferias del libro. Lo más entrañable es su trabajo con el pueblo, con esos a los que la cultura intenta olvidar, a quienes ellos han intentado revivir con su poesía, siempre tan viva como su dignidad, su apego a la oreografia de las multiplicidades de su corazón; raíz primigenea, bosque fecundo de mariposas al vuelo de la esperanza.
Por ello, nada es Neza sin su poesía. Sin Profirio García, que nos lleva del origen a lo supremo de su palabra; sin Kuitlahuac Macías, quien nos envuelve en la cosmocidad de su rebeldía ancestral; sin Francisco Vázquez, fantástico ser en los tunules de la filosofía; sin César Cedillo y sus apuntes de la psicologia de utilidad necesaria, o Julio Vulcano, con sus irreverencias multiples de los planetas. Hombres fundacionales… ¿Cómo no acercarse a sus almas desde su poesía? ¿Cómo no llamarlos intelectuales del pueblo? ¿Cómo no guardarles un espacio en el corazón, ahí donde el aliento va dando un poco de credibilidad a la existencia?
Hay un lugar de una dualidad eterna, donde se aprende a existir, a llevar la alegría en los libros. Ahí, en un pequeño rincón de la colonia Maravillas, justo donde todo empieza y todo termina. Donde el mundo comienza a parir universos en el vientre maternal de nuestra existencia.