Ecos de #RenunciaYa: Poemas contra Peña Nieto
El pasado 15 de septiembre se llevó a cabo la marcha #RenunciaYa en oposición al gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya gestión goza de la más alta desaprobación social en la historia reciente de nuestro desdichado país.
No sólo las redes sociales son el termómetro para medir el rechazo hacia el individuo que asume la figura presidencial, sino que en el día a día podemos vemos muestras de una indignación y hartazgo que atenaza la voluntad de todos los ciudadanos.
¿Cuántas canciones no conocemos que reflejan nuestro rechazo a la ineptitud de nuestro presidente?
Por su parte, las manifestaciones artísticas son evidencias tangibles y profundas de estos sentimientos. Para muestra está la música, cuya presencia es casi sustancial a la existencia humana, ¿cuántas canciones no conocemos que reflejan nuestro rechazo a la ineptitud de nuestro presidente? ¿cuántas canciones no resumen nuestra indignación y nuestra ira?
La poesía, ese reducto tan misterioso del arte, también ha dado frutos de rechazo contra el sistema político que nos violenta, y en particular, contra la figura presidencial que es símbolo de los distintos tipos de cánceres que devoran el cuerpo de la ‘patria´ (aquí que cada quien asuma el término como mejor lo entienda).
A continuación presentamos una brevísima reunión de poemas que por su carácter, podemos agruparlos en torno a la construcción de una Antología de Poemas contra Peña Nieto, baste pues esta pequeña introducción para presentarlos.
Epigrama
¿Esperas que te dedique
mis epigramas, nuevo César?
Te los doy a beber.
Los hago con veneno.
– José Vicente Anaya
Los dominios perdidos
Llorad, amigos míos,
tened entendido que con estos hechos
hemos perdido la nación mexicana.
Cantares Mexicanos
No tenemos una patria,
tenemos un paisaje,
tenemos cólera, indignación,
tenemos divinidades rotas,
tenemos a los muertos hundidos
Escucha nuestro podcast
en las entrañas,
tenemos un puñado de escombros
que el viento intenta dispersar.
– Iván Cruz Osorio
Tlamiktijketl
Notajtsin melauak yotekikualan,
tlauelchoka,
ixtenchachapaka ika choka.
Kijtoua te kinkixtis ixtololojuan
niman kintlalpachos ijtik tlajle.
Xok kineke kisas ipan ojtle kampa kijtoua
ne kiyauak yemiyak nemej tlamiktijkej,
tlakamej uan xteiknelianej,
uan kimimiktsiaj inminiktsitsiuan
niman yajua,
san kimimiktsia ipitsotsitsiuan.
Sanka on tlamantle,
iyoltsin yepeua kualo.
Tetekuika kechka ueye itlakayo,
kimakase kampa mostla noso uiptla,
ixuiuan maixpoliuikan
niman noijke makisakan
tlamiktijkej.
Carnicero
Mi padre está cruelmente molesto.
Llora de rabia,
derrama amargas lágrimas.
Quiere arrancarse los ojos
y enterrarlos bajo tierra.
Reniega mirar a la calle
porque sus competidores
son más sangrientos que él ,
hacen trizas a sus propios hermanos
mientras que él,
sólo lo hace con sus puercos.
Por ello,
el corazón comienza a enfermársele.
Se le forman sismos en todo el cuerpo
todo, porque mañana o pasado,
sus nietos pierdan la vista
y lleguen a ser
carniceros.
– Martin Tonalmeyotl
Cada uno: AYOTZINAPA
- Abel: por tu cara de sol y gallo y tu noche de sueño frío.
- Abelardo: por tus ojos de harina de tiempo y tu silencio.
- Adán: por tu baile de asombro y tu risa de cobre fulminante.
- Alexander: por tu palabra de búho y tu ilusión de techo abierto.
- Antonio: por tus venas de agujeta de río y tu paso de jaguar de monte.
- Benjamín: por tus días de canto y bruma como orejas de gato.
- Bernardo: por tu sueño de leche tibia y tu vigila de tortuga.
- Carlos Iván: por tu voz de corneta y tu seca dulzura de llano.
- Carlos Lorenzo: por tus dedos extendidos como amplias nubes de tarde.
- César Manuel: por tus largas piernas de pájaro de medianoche.
- Christian Alfonso: por tu sonido de fruta precisa que se abre.
- Christian Tomás: por tu grito quieto como los tamarindos agrios.
- Cutberto: por tu brinco azul fosforescente entre las piedras del cerro.
- Dorian: por tu voz de cazador de bosque que espanta a las culebras.
- Emiliano Alen: por tu espalda de espejo y de águila imaginada.
- Everardo: por tu risa de medialuna que parte la corteza del árbol.
- Felipe: por tu suelta carcajada de caballo bajo las ramas del aire.
- Giovanni: por tus rodillas de flores quietas en las noches desesperadas.
- Israel: por tus uñas de tierra marina y tu estatura de amanecer.
- Israel Jacinto: por tus tibios brazos curvos que procuran la brisa.
- Jesús Jovany: por tus preguntas rápidas como semillas de pluma.
- Jonás: por el sonido que guarda tu nombre despierto en la lluvia.
- Jorge: por tu sombra de pan y agua y tu figura de hoja que baila.
- Jorge Aníbal: por tu imaginación de elefante que nos levanta del polvo.
- Jorge Antonio: por la historia de sal y de conejo que corre por tu cuerpo.
- Jorge Luis: por tu escritura de sueño en los rayos últimos de la mañana.
- José Ángel: por tus manos de remo en mesas de valles iluminados y de agua.
- José Ángel: por tus ojos de pez de lumbre y tus letras en la raya del horizonte.
- José Eduardo: por tu razón en el vértigo del topo y el ábaco del coyote.
- José Luis: por tu respiración de tigre adivino, tigre que silba en la noche.
- Jhosivani: por tu canto de estanque y relámpago en la boca de la barranca.
- Julio César: por tu danza de caracol de pasto en la frontera del viento.
- Leonel: por ese eco tuyo sólo tuyo con el brillo de las luciérnagas.
- Luis Ángel: por tu palabra de aire que alumbra el llanto del huizache.
- Luis Ángel: por tu presagio de pájaro definitivo en la orilla del alba.
- Magdaleno Rubén: por tu fatiga de campo erguido y fresco en la hierba.
- Marcial: por tu boca marina de brújula cierta para el náufrago y su marea.
- Marco Antonio: por tu voz de carnero bajo la luna de piedra blanca.
- Martín Getsemany: por tus cinco dedos en el húmedo muro de la infancia.
- Mauricio: por ese reloj sin números que guardas en el corazón del tiempo.
- Miguel Ángel: por tus alas existentes como llamas vivas en la montaña.
- Miguel Ángel: por tus altas cejas de centella y entendimiento.
- Saúl: por tu ojo de remolino en la noche única, invisible y perpetua.
Y por todo el mar en el cielo y la tierra y su lento ruido de entraña partida
que nos hacen a todos y a tantos vivos y siempre en cada uno, cada uno, de nosotros.
– María Baranda
Es Peña un afortunado
Es Peña un afortunado
pues según lo que yo supe
la Rosa de Guadalupe
lo convirtió en licenciado.
Con esto se ha demostrado
que mandar es imprudente
cuando el mandatario miente,
pisa, roba, oculta, plagia
y aun así, como por magia,
sigue siendo presidente.
El país se desbarata
con sus problemas extremos,
mientras en pantalla vemos
un presidente pirata.
Es una copia barata
además de incompetente,
eso lo sabe la gente
y nos provoca terror
mirar cómo un plagiador
se convirtió en presidente.
Esto ya no es un secreto
y no hay nada que lo borre,
la noticia corre y corre:
fue plagiador Peña Nieto.
Qué gran falta de respeto
que un mandatario no escriba
ni su tesis y que viva
con un doble parecer
pues se empeña en imponer
la Reforma Educativa.
– Luis Flores Romero