¿Justicia para Anabel Flores?
El pasado 8 de febrero, un grupo de sujetos armados, vestidos de militares, sacó por la fuerza a Anabel Flores Salazar de su domicilio y se la llevaron en una camioneta.
Anabel cubría las noticias policiales, trabajó para medios como El Mundo de Orizaba y El Buen Tono. Dos días después de su secuestro, su cuerpo fue localizado en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca con dirección a Tehuacán; municipio poblano ubicado a 15 kilómetros de los límites de Veracruz. Su cuerpo amordazado tenía marcas de tortura.
En un comunicado emitido por la Fiscalía Veracruzana se informó que uno de sus presuntos asesinos fue capturado en Córdoba, cuando “circulaba a bordo de un vehículo automotor con reporte de robo, por lo que fue puesto a disposición del Fiscal Investigador, quien lo consignó ante el Juez de Control, dictándosele auto de Vinculación a Proceso por el robo de dicha unidad”.
“Al ahondar en las indagatorias, se estableció que el individuo era integrante de una célula de la delincuencia organizada que tuvo participación en los hechos”. Según la versión de la Fiscalía, publicaciones que afectaron a “Los Zetas” fueron las que ocasionaron su homicidio.
Días después del secuestro de Anabel, José Márquez Balderas ‘El Chichi’ y/o Josele Márquez Balderas ‘El Chichis’, líder zeta en la región de Orizaba, fue detenido durante tres días en la prisión federal de Occidente número 2 ubicado en el Salto, Jalisco. Ahí fue señalado también como sospechoso del crimen, sin embargo, un Juzgado del Séptimo Distrito del Poder Judicial de la Federación (PJF) ordenó su liberación y la de sus cómplices por considerar que al momento de su detención se realizó un “indebido proceso”, además de que no hubo “flagrancia” en los ilícitos que se le fincaron. En el momento en que Márquez Balderas salía de prisión, ya con la cabeza rapada, policías ministeriales de la FGE lo reaprehendieron por su presunta responsabilidad en el delito de homicidio doloso.
Con información de Proceso, Sin Embargo y Expansión