Las elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían tener un final de fotografía

Donald Trump comenzó su candidatura presidencial con muy pocas oportunidades para alcanzar la nominación a la presidencia por el partido republicano. De acuerdo con la revista norteamericana RealClear Politics, Trump tenía el apoyo del 5% de electorado republicano cuando lanzó su campaña en la Torre Trump en la ciudad de Nueva York. Sin embargo, la poca competencia en la contienda y las divisiones dentro del establishment republicano permitieron que para abril de 2016 el magnate neoyorquino contara con más del 45% de la aprobación dentro de su partido. Este apoyo ha logrado que Trump sea actualmente el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos.

Del otro lado, a pesar de que Bernie Sanders no ha abandonado la carrera presidencial, es casi un hecho que Hillary Clinton será la candidata por ese partido. Mientras que Sanders cuenta con 1,538 delegados, Hillary tiene 2,309 y  necesita solamente 72 de los 917 delegados en disputa para ganar la candidatura a la presidencia por el partido demócrata.

Por estas razones, todo parece indicar que la contienda electoral por la presidencia de los Estados Unidos será entre Hillary Clinton y Donald Trump. Para sorpresa de muchos, las elecciones de noviembre serán más competidas de lo previsto. Con base en un análisis realizado por RealClear Politics entre más de 5 encuestas realizadas por distintas cadenas de televisión norteamericanas, Hillary Clinton tiene apenas una ventaja de entre 2 a 4 puntos porcentuales sobre Donald Trump. Estos datos muestran un cambio drástico de la percepción de los votantes si se toma en cuenta que hace tres meses Hillary tenía una ventaja de más de 10 puntos porcentuales.

Este aumento en la popularidad de Trump para las elecciones nacionales se debe en gran parte a dos factores. El primero es que el partido republicano ha comenzado a apoyar a su candidato presidencial. Personajes que antes criticaron duramente a Trump como Jeb Bush ahora se han declarado a favor del magnate neoyorquino. El segundo factor es que una parte del electorado demócrata que apoya a Bernie Sanders, principalmente jóvenes, no está de acuerdo en que Clinton sea la candidata por el partido demócrata.

La combinación de estos factores ha hecho que la carrera presidencial por los Estados Unidos esté mostrando altos síntomas de competitividad. Por un lado, los republicanos que habían apoyado a otros candidatos como Bush, Rubio o Cruz han cerrado filas para hacer frente al partido demócrata. Por el otro, el disgusto de los jóvenes hacia Clinton podría afectar considerablemente las intenciones del voto del partido demócrata y con esto se abriría una puerta importante para que Trump tenga fuertes posibilidades de convertirse en el próximo presidente de los Estados Unidos.

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