México y la educación: mucho toletazo y poca inversión

Al inicio de este sexenio, la administración de Enrique Peña Nieto se propuso llevar a cabo una serie de reformas estructurales con la finalidad de modernizar al país y retomar el poder rector del Estado. Uno de los principales cambios a realizar fue el de la reforma educativa, la cual tenía como principal eje rector la evaluación docente.  Este nuevo cambio implicó el encarcelamiento de la líder del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, y el combate directo hacia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en diversos estados de la república como Oaxaca. Esta lucha frontal contra los sindicatos ha sido el principal objetivo del gobierno para establecer la evaluación a los maestros y así mejorar la calidad educativa en el país. Sin embargo, a pesar de estos cambios la educación mexicana sigue estando lejos de mejorar.

De acuerdo con los resultados del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes en la Educación Media Superior (Planea), más del 51% de los alumnos en el último año de media superior carecen de habilidades en matemáticas. Es decir, sólo dominan operaciones elementales como la suma y la resta. En el área de lenguaje y comunicación, el 43.3% de los evaluados tuvo un desempeño insuficiente. Esto equivale a que los estudiantes no pueden comprender los elementos implícitos en una lectura y que tienen pocas habilidades para llegar a conclusiones sencillas.

Estos malos resultados en la educación en México se reflejan en la lista de países que realizan la evaluación PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Con base en los últimos resultados de PISA, en las áreas de matemáticas, lectura y ciencias,  México se encuentra con un puntaje por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE. Por ejemplo, en el caso de ciencias, mientras el promedio de los países de la OCDE obtuvo un puntaje de 501, México recibió en esta misma área una calificación de 415. Tras estos resultados, la OCDE declaró que los estudiantes menores a 15 años en el país tienen un retraso educativo de 2 años en comparación con los demás miembros de esta organización. Al mismo tiempo,  de no realizar cambios profundos en el sistema educativo del país, México tardaría alrededor de 25 años en alcanzar el puntaje promedio de la evaluación PISA.

Este mal desempeño de los estudiantes en el país se debe en parte a la baja inversión que realiza el gobierno en la educación. A pesar de que en los últimos años ha habido un avance importante en el incremento del gasto público en este sector (al pasar del 4.4% al 5.2% del PIB entre 200 y 2012), México sigue en un gran rezago en este rubro si nos comparamos con otros países. Por ejemplo,  países como Noruega y Brasil gastan el 6.6% y el 6.3% del PIB respectivamente. En términos de gasto público por estudiante, México se encuentra dentro de los países que menos gastan en sus estudiantes entre los países de la OCDE. Con base en información del reporte Education at a glance 2015, México gasta anualmente por alumno $3,509 dólares. Por otra parte, naciones como Luxemburgo gastan $22,545 dólares en cada estudiante.

Esta baja inversión en la educación ha hecho que en México las escuelas no cuenten con las instalaciones necesarias para permitir un eficiente proceso de enseñanza. Según el censo educativo realizado el año pasado, 4 de cada 10 escuelas en el país no cuentan con drenaje. Ademñas, en el 20% de las escuelas no hay inmobiliario para maestros y en un 14% no lo hay para los alumnos. El estado de Oaxaca, donde más presencia tiene la CNTE, es el lugar donde las escuelas están en peores condiciones. En este estado 8 de cada 10 escuelas no tiene drenaje, el 43% no tiene servicio de agua y 27% no tiene luz eléctrica.

La reforma educativa de la actual administración se ha centrado principalmente en quitarle al sindicato el control que tenía sobre los maestros. El proceso de evaluación docente busca mejorar la calidad de los maestros y con esto crear un mayor impacto en la calidad educativa de los alumnos. Sin embargo, la falta de inversión pública en este sector y las malas condiciones de las escuelas, harán de la reforma educativa un cambio parcial y no profundo del sistema educativo mexicano. Si el gobierno busca verdaderamente mejorar el nivel de aprendizaje de los alumnos, no basta con castigar y amedrentar profesores, es necesaria una política educativa integral que cubra las necesidades tanto de los alumnos como de los maestros.

Previo

Vender con nostalgia: Volverá <i>El zapatito</i> de Renault

Siguiente

Miércoles de trazos largos