¿Existe una corrupción buena y una mala?
Gran parte de los medios de comunicación ha estado informando sobre el último informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), titulado “La corrupción en México: transamos y no avanzamos”. Este informe resalta los altos costos económicos que deja la corrupción en nuestro país al catalogarla como uno de los principales problemas que impiden el desarrollo de México. Si bien es cierto que en cualuier Estado que quierra llamarse “Estado de Derecho”, debe actuar con base en la justicia, imparcialidad y favorecer al interés público”, la historia política mexicana y las comparaciones a nivel mundial parecen demostrar que existen distintos tipos de corrupción.Si bien es cierto que la corrupción puede impactar negativamente en el crecimiento económico de un país, en algunas ocasiones también podria causar pocos problemas.
El IMCO asegura que la corrupción en México cuesta entre el 2% y el 10% del PIB (Producto Interno Bruto), es decir más de 980 mil 548 millones de pesos. Esta falta de dinero en parte se debe a la corrupción que hay dentro del gobierno al momento de entablar alguna negociación o relación con gente del sector privado. El informe del IMCO estima que alrededor del 44% de las empresas en México reconocen haber pagado alguna vez una “mordida” a algún servidor público para obtener algún servicio que favoreciera su inversión. Estas malas prácticas posicionan al país en el número 35 dentro del Índice de Competitividad Internacional 2015, muy por debajo de países como Noruega, Estados Unidos y Japón.
Si seguimos el argumento del IMCO, la corrupción que viene dándose durante los últimos años en el país sería en parte culpable del bajo crecimiento económico que nuestro país ha tenido. Sin embargo, si tomamos en cuenta los cambios políticos, sociales y legales que ha habido en México durante los últimos 15 años, sería difícil decir que antes había menos corrupción que ahora. Durante gran parte del siglo XX México estuvo gobernado por un partido hegemónico que gobernaba el país de forma unilateral y que utilizaba la corrupción como mecanismo imprescindible para el control político, económico y social del país. A pesar de ello, fue durante este gobierno en donde México obtuvo su crecimiento económico más alto en su historia. Entre la década de los 50 y 60 nuestro país creció a más del 6% del Producto Interno Bruto. En conclusión, la corrupción en el país de aquella época parece no haber sido un obstáculo para el crecimiento y desarrollo de México.
Países como Brasil han demostrado que la corrupción no es un impedimento para tener una economía fuerte y con rápido crecimiento. Durante el gobierno del presidente Lula Da Silva, el país sudamericano llego a crecer al 4.1% de acuerdo con cifras del Banco Mundial. Este crecimiento económico se debió en parte a la estabilidad política generada durante el gobierno de Lula por medio de actos de corrupción para comprar votos en el congreso. Estos casos hoy en día son conocidos como el Mensalao. Si bien es cierto que hoy en día la presidencia de Dilma Rousseff presenta una grave crisis de gobernabilidad en el país, la corrupción ayudó a su antecesor a hacer de Brasil una economía fuerte y productiva.
En el otro lado también tenemos a Argentina. Con base en el índice de corrupción elaborado por Transparencia Internacional, el país gobernado por Cristina Kirchner tiene una evaluación de la percepción en la corrupción de 34, lo que la posiciona en el número 107 de 175 evaluados. Esta calificación es peor que la nuestra en donde México tiene una evaluación de 35 y ocupa el lugar 103 de la lista. Ante estos datos la primera conclusión que podemos generar es que Argentina es más corrupta que México. Sin embargo, a pesar de los altos niveles de corrupción de la administración Kirchnerista, la economía del país sudamericano llegó a crecer al 9.5% en 2010. En ese mismo año México creció al 5.1%, cuatro puntos porcentuales menos que un país más corrupto que nosotros. Por si fuera poco, también la corrupción parece no estar peleada con el desarrollo humano de las personas. Con base en datos del Índice de Desarrollo Humano 214, Argentina se encontró en la posición número 49 y México en la 71.
Es verdad que la corrupción en México puede tener efectos negativos en el crecimiento y en la productividad del país. Sin embargo, nuestra historia y los ejemplos internacionales nos demuestran que es posible tener corrupción pero con altos índices de crecimiento y desarrollo social. Esto no quiere decir que se deba tolerar la corrupción en una nación, sin embargo es necesario clarificar que tipo de corrupción es la que nos hace estancarnos como país. Al parecer, hay distintos tipos de corrupción las cuales tienen efectos diferentes en la economía y desarrollo de un país. Si bien hay que erradicar todo tipo de prácticas fraudulentas en el gobierno, debemos empezar por aquellas que más daño nos han hecho.