La felicidad de los mexicanos ante la desgracia
México ha sufrido grandes crisis durante los últimos años. La violencia ha aumentado, la economía no crece, los ingresos no incrementan, la impunidad y la corrupción siguen subiendo y los derechos humanos son poco respetados por las autoridades. Este ciclón de malas noticias ha generado percepciones negativas de la sociedad hacia los políticos, distintas instituciones del Estado y hasta a la democracia misma. Sin embargo, en este ambiente desolador en el que se encuentra el país, millones de mexicanos siguen sintiéndose optimistas y satisfechos con sus vidas. No importa que tan mal este la situación del país, los mexicanos seguimos siendo felices y alegres.
De acuerdo con la Encuesta de Bienestar Subjetivo 2015 del INEGI, los adultos mayores urbanos en el país presentan un promedio de satisfacción con la vida de 7.95 sobre 10. Esta calificación disminuyó con respecto a enero del presente año en dónde la calificación fue de 8.2. Sin embargo, 2015 representa una evolución positiva si tomamos en cuenta que en 2013 la calificación fue de 7.7. De las más de 80 millones de personas encuestadas, 34.8 millones dijeron estar muy satisfechas con su vida y 32.5 satisfechos. Del otro lado, 12.1 millones de personas se encuentran insatisfechos con su vida y 3.2 millones muy insatisfechas. Ante estos resultados es posible observar que más de la mitad de la población en el país es optimista con su presente y futuro.
Las principales causas por las cuales los mexicanos y mexicanas se sienten optimistas con su vida son: 1) las relaciones personales (8.7), Actividad u ocupación (8.4) y Logros en la vida (8.4). En cambio, los aspectos en la vida de las personas con la calificación más baja son: Seguridad (5.6), situación del país (6.9) y situación de la ciudad (7.3). Estos datos revelan como las personas en México tienen mayor esperanza en su desarrollo individual pero bajas expectativas con el progreso de su comunidad o de la sociedad en conjunto.
En termino de edad, las personas más satisfechas con su vida son los jóvenes entre 18 y 29 años de edad, mientras que los menos satisfechos son quienes tienen entre 60 y 74 años. La diferenciación en la satisfacción con la vida encuentra poca diferencia entre el sexo de la persona, ya que los hombres calificaron su situación con 8.2 y las mujeres con 8.1.
Los lugares en donde el promedio de satisfacción en adultos mayores sobrepasa la media nacional son: Sonora, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. Por el contrario, los estados con menos satisfacción son: Sinaloa, Nayarit, Colima, Guanajuato, Estado de México, Tlaxcala y Tabasco. La entidad federativa con la mejor calificación en el país fue el Distrito Federal con 8.45 y la peor calificada fue Oaxaca con 7.46.
A pesar de que las condiciones materiales no son el determinante fundamental en la satisfacción de las personas, si existe una estrecha relación entre ambas. De acuerdo con la encuesta del INEGI, las personas pobres o con alguna carencia tienen en promedio una satisfacción con la vida de 7.27, mientras que aquellas personas que no tienen carencias califican su vida con 8.52.
A pesar de las malas condiciones en las que se encuentra el país, millones de mexicanos y mexicanas se encuentran satisfechos con sus vidas. Esto no quiere decir que tengan una percepción positiva de lo que ocurre en el país sino que creen que lo que pueda ocurrir con ellos dependerá principalmente de sus acciones. Este tipo de posturas muestran un sentido de comunidad cada vez menor al centrar el progreso en la persona y no en la sociedad. Esta falta de cohesión social entre los mexicanos si puede explicarse por la situación económica, política y social en la que vive el país, al destruir el tejido social de las comunidades. Es posible pensar que si las condiciones del país no cambian, no solamente habrá una mayor atomización del individuo en su comunidad sino que poco a poco las fallas estructurales irán afectando el progreso y felicidad individual.