Explotación y trata de mujeres en México: Una historia de machismo y misoginia
Con base en la Convención de Palermo sobre Crimen Organizado, la trata de personas es “el traslado de seres humanos de un lugar a otro dentro de las fronteras de un mismo país o hacia el exterior con fines de explotación en su mayoría explotación sexual, laboral o en la mendicidad”. En México, desafortunadamente, este delito ha sido arraigado como un elemento folclórico de la cultura mexicana. Las películas de ficheras, los cabarets, las visitas a Sullivan en la Ciudad de México, el turismo sexual en el interior de la república o el padre llevando a su hijo a “hacerse hombrecito” a los 15 años a un prostíbulo se convirtieron en costumbres de millones de hombres en nuestro país a expensas del sufrimiento y el maltrato a mujeres.
Héctor de Mauleon relata en un su artículo “Esclavas de la calle Sullivan” publicado en la revista Nexos la forma en que funciona la red de prostitución y explotación sexual en la Ciudad de México en donde los grupos encargados de la explotación sexual de mujeres y jóvenes están conformados por familias enteras que llevan años practicando este delito y que en su mayoría provienen del estado de Tlaxcala. Utilizando toda una maquinaria criminal junto con la impunidad de las autoridades, estos grupos convencen a través de la mentira y manipulación a mujeres para integrarlas a su red de trata y explotación sexual.Una mujer en la calle de Sullivan en el Distrito Federal llega a tener hasta 60 encuentros sexuales en una noche de los cuales tiene que entregar más de la mitad de sus ingresos a su “padrote” o “madrota”. Si las mujeres intentan salirse o escapar del lugar donde las tienen resguardadas, son víctimas de maltrato físico o hasta de asesinato.
De acuerdo con el informe de la Oficina de las Naciones Unidas en contra de la Droga y el Delito 2014, de las personas que sufren de este delito en México 76% son nacionales y 26% extranjeros, estos últimos provenientes principalmente de países centroamericanos como Guatemala, Honduras y El Salvador. El perfil de las personas que son explotadas sexualmente en nuestro país es de mujeres de entre 15 y 30 años de las cuales 56% son explotadas sexualmente. Bares, restaurantes, discotecas, hoteles, lugares de masajes, estéticas o la calle se convierten en el lugar en dónde las mujeres son puestas en venta como mercancías. En México, las ciudades con mayor flujo de trata de personas son:
Ciudad | Estado |
Tijuana y Mexicali | Baja California |
Nogales | Sonora |
Ciudad Juárez | Chihuahua |
Acapulco | Guerrero |
Cancún | Quintana Roo |
Las autoridades mexicanas no cuentan con los instrumentos legales necesarios para hacer frente a este delito. La mayoría de los marcos legales de los estados en el país son insuficientes y contradictorios e impiden un castigo ejemplar a las personas acusadas de trata y explotación sexual de mujeres. Un ejemplo de la ineficiencia de la justicia mexicana es que de más de 33 mil denuncias sobre trata y explotación sexual en el país en 2010, solo el 10% de los casos terminaron en condena para los acusados. Si tomamos en cuenta que de cada persona que denuncia este delito 22 no lo hacen, existen en el país miles de mujeres sin el respaldo del gobierno mexicano. Solo los estados de Guerrero, Hidalgo, Sonora y Querétaro cuentan con las leyes adecuadas para que este crimen sea tratado con seriedad y su condena no sea entorpecida por lagunas o contradicciones de la misma ley. Sin embargo, hay que resaltar que un buen marco legal no siempre tendrá como resultado una disminución en este crimen; esto lo podemos ver con los casos de Acapulco o Nogales.
Si bien el Estado mexicano cuenta con la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, la falta de voluntad política y social ha sido una de los principales obstáculos para combatir este delito. En un país en dónde la cultura machista ha menospreciado y denigrado la imagen de la mujer durante siglos, es difícil pensar que el establecimiento de nuevas leyes pueda modificar la conducta machista y misógina que permea la idiosincrasia del mexicano. Hoy que se celebra el día internacional en contra de la explotación y tráfico de mujeres, es necesario repensar la estrategia para combatir este delito y darnos cuenta que si los derechos de las mujeres no son reconocidos en otras áreas como el trabajo, la educación, los derechos sexuales y reproductivos, etc., será complicado que las mujeres dejen de ser maltratadas en nuestro país.