Entidades Federativas que más gastan y menos desarrollo tienen
Una de las formas para generar desarrollo en un territorio específico es a través del endeudamiento. Invirtiendo los recursos prestados en proyectos productivos se generaran las riquezas necesarias para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y pagar la deuda. Si el gobierno invierte inteligentemente la cantidad de dinero prestada el adeudo no tendría por qué significar un lastre en las finanzas públicas ya que rápidamente se pagaría con el dinero obtenido de la inversión hecha. Sin embargo, en nuestro país distintas entidades federativas parecen pedir prestado para otras cosas menos para el desarrollo de sus comunidades.
De acuerdo con la Secretaria de Hacienda, los estados con mayor deuda adquirida entre 2009 y 2013 fueron:
- Ciudad de México con 66,881 mdp
- Nuevo León con 61, 180 mdp
- Chihuahua con 41,894 mdp
- Veracruz con 41,355 mdp
- Estado de México con 39,507 mdp
- Coahuila con 34,862 mdp
- Jalisco con 26,387 mdp
- Quintana Roo con 21,174 mdp
- Chiapas con 20, 140 mdp
- Sonora con 19,804 mdp
Siguiendo la lógica de la relación deuda y desarrollo social, las diez entidades federativas deberían formar parte de los lugares con mayor desarrollo del país. Desafortunadamente, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2015 los estados con mayor número de pobres o dónde la pobreza extrema aumentó también forman parte de los más endeudados:
- Chiapas: 72% de la población se encuentra en situación de pobreza.
- Estado de México: Cuenta con el mayor número de personas en pobreza con 9.46 millones.
- Chihuahua: Creció más el número de personas en pobreza extrema un 47%.
Basándonos en el Índice de Desarrollo Humano 2015 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), existen entidades federativas con altos niveles de endeudamiento pero con bajo nivel de desarrollo social. Si tomamos el promedio nacional de desarrollo humano de 0.746, lugares como Estado de México (0.745), Chihuahua (0.734), Veracruz (0.713) y Chiapas (0.667) se encuentran por debajo de la media nacional demostrando un bajo nivel en el desarrollo de sus comunidades.
Si bien hay estados con altos niveles de deuda que no se encuentran con grandes problemas de pobreza, lugares como Jalisco han aumentado sus niveles de desigualdad pasando del sexto lugar al décimo tercero en la lista de los estados con mayor equidad del país de acuerdo con CONEVAL. Por otra parte, Nuevo León presenta alarmantes grados de desigualdad si se analiza el Censo de Población y Vivienda 2010. Mientras que municipios como San Nicolás de la Garza y Apodaca cuentan con el menor porcentaje de personas viviendo en pobreza de todo el país con 15% y 18% respectivamente, lugares como Mier y Noriega cuentan con 86% de su población total viviendo con alguna carencia.
Si bien el crecimiento económico y el desarrollo social dependen de muchos factores, es innegable que el alto gasto del gobierno debería repercutir de manera positiva en la vida de las personas. Sin embargo, en el caso México podemos darnos cuenta que los estados que tienen los niveles de endeudamiento más alto también cuentan con los niveles de pobreza más alto, los índices de desarrollo más bajos o con desigualdades extremas. Una posible respuesta para entender esta nula correlación entre endeudamiento-gasto y bajo nivel de desarrollo es la corrupción de los gobiernos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2013 entidades como el Distrito Federal, Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, Estado de México y Jalisco se encuentran dentro de los diez estados más corruptos de todo el país. Si bien los demás lugares con mayor endeudamiento del país no forman parte de los 10 estados con los niveles de corrupción más altos, sólo Sonora forma parte de los cinco estados menos corruptos de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Con base en todos estos datos podríamos inferir que gran parte de la deuda de los estados en vez de dirigirse a proyectos productivos para el mejoramiento en la calidad de vida de las personas, va dirigida a las manos de ciertas personas para su propio enriquecimiento. Si el mayor gasto no está generando mejores niveles de vida es necesario cuestionarse la necesidad de los estados por endeudarse o mejor aún establecer los mecanismos necesarios para evitar el desvío de recursos y con esto terminar con la corrupción que afecta el desarrollo de la sociedad mexicana.