Cabildean en México para impedir etiquetados que adviertan de riesgos de azúcares ultraprocesadas

Así luce el empaque de una barra integral dulce en Chile o Argentina:

En México, las cosas son muy diferentes. Algunos dirían que hasta confusas, eso sin contar casos como el de los cereales cuya mercadotecnia se enfoca a niños y en nuestro país tienen mascotas amistosas y llamativas, mientras que en Sudamérica los empaques son sobrios y con datos nutrimentales.

Un ejemplo más, así son las Zucaritas en Chile:

Y así son en países con etiquetados como en México:

¿Por qué en México no pasa esto? Es una cuestión entre legisladores, cabilderos, y los directivos de los corporativos alimenticios más grandes de la industria. Resulta que a pesar de las cifras penosas acerca de obesidad infantil y diabetes, mismas que vuelven urgentes medidas de salud pública como un etiquetado que advierta mejor los riesgos de las azúcares ultraprocesadas, algunos todavía le dudan y escuchar los otros datos de marcas como Bimbo.

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Leemos en El Poder del Consumidor:

Ante la revisión que se realiza de la Norma Oficial Mexicana 051 establecida en 2014 sobre el etiquetado frontal, los cabilderos de estas empresas, coordinados con directivos de diversas transnacionales que están visitando México, tiene como fin bloquear una iniciativa de etiquetado frontal de advertencia como el que se ha establecido en Chile, Perú y Uruguay, y que ha repercutido en las ventas de sus productos que tienen altas concentraciones de azúcares, grasas y sal, obligándolos a reformularlos.

A través de invitaciones a miembros del Poder Ejecutivo y Legislativo al Club de Industriales por parte de Bimbo y FEMSA Coca-Cola, de llevarlos a un recorrido por una exposición privada montada por Coca-Cola en un espacio cerrado en contraesquina del Senado de la República, las empresas promueven un nuevo etiquetado confuso que favorece a sus productos ultraprocesados, que son los que han llevado a la emergencia epidemiológica que vivimos y que evitan que los consumidores puedan informarse si un producto tiene altas concentraciones de azúcar, grasas, sal o calorías.

En el artículo se narra que FEMSA, Coca-Cola y Bimbo se reunieron con legisladores de la Comisión de Salud en el Club de Industriales, no precisamente para impulsar un etiquetado como el chileno.

Los riesgos de esto, advierte Alejandro Calvillo de El Poder del Consumidor son los siguientes:

El contubernio de la administración anterior con las grandes corporaciones de alimentos y bebidas logró que se estableciera un etiquetado frontal que no es entendible e induce a un consumo de azúcar que es un riesgo para la salud. La industria introdujo este etiquetado en 2011 y desde 2014 se volvió obligatorio. Han sido nueve años manteniendo a los consumidores mexicanos sin accesos a información básica de los que se han llevado a la boca. Ahora pretenden bloquear la propuesta de etiquetado frontal de advertencia que muestra un gran beneficio a los consumidores y establecer otro etiquetado confuso que advierte el alto contenido de azúcar, grasas y sodio que se encuentra en el origen de nuestra epidemia de obesidad y diabetes”.

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