No critiques las arrugas de mi piel

Por Jose Bastide

 

No critiques la redondez de mi cuerpo. Cuando era niño así lo tenía porque lo alimentaba en demasía con las exquisiteces que mi madre hacía, hoy se encuentra de esta manera debido a que con el paso de los años en él se han acumulado y han contribuido para darle esta forma la experiencia, los consejos, los fracasos, las victorias, las risas, las lágrimas, en fin. Ahora soy como una masa informe que camina por el mundo prodigando sonrisas sin apenarme de mi aspecto.

No te sorprendas por el cambio de color de mi cabello, cuando era negro todavía me faltaba encontrar mi camino y mis expectativas eran de ese color y poco a poco con el paso de los años, fueron pasando por el gris, el plata y ahora blanco, ya que mi camino se encuentra al fin iluminado por los consejos y el cariño de mucha gente que en mi vida me lo ha demostrado.

No te espantes por las arrugas de mi piel, son tan solo surcos dejados por los segundos, minutos, horas y días que he vivido, marcas por donde mis lágrimas se han deslizado o los pliegues de las sonrisas de todos los momentos vividos, son un tapiz que los cascos de la experiencia han dejado por su paso o las cicatrices de las batallas superadas y ganadas, y sí de todas maneras no las superé, son lo que me recuerda que el paso del tiempo no pasa en balde, sin embargo; a estas altura ya no tengo porque preocuparme .

No te inquietes por mi carácter tan volátil, la vida llega con el llanto y en paz se retira. Dentro de estos dos universos, las diversas etapas de nuestra personalidad son cambiantes como el disfraz de cada uno de los personajes que interpreté, a veces buenos, otros malos y en ocasiones de incredulidad, los cuales al final me llevaron a lograr mis objetivos siguiendo los caminos por donde el destino me envió.

No critiques, ni te sorprendas, te espantes y mucho menos te inquietes por lo que de mí percibas, tan solo acéptame como soy y disfruta conmigo los momentos que este amigo quiere compartir en tu camino. No importando la volatilidad de mí carácter que pudiera desesperarte, las arrugas de mí piel que te dan preocupación, el color de mí pelo por pensar que algún día el tuyo será igual y mucho menos por mi aspecto físico, estoy en paz con el rol que en esta vida me ha tocado jugar y no me arrepiento de nada, es más sí tuviera otra oportunidad, mis cartas de la misma manera las volvería a jugar.

 

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