Mimí Kitamura #VocesVioletas

#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.

Mimí Kitamura (Tláhuac, Ciudad de México, 1989). Poeta, slamera, correctora de estilo, periodista, tejedora y caricaturista novel. Estudió la carrera Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (UNAM) y ha sido aprendiz de oficios en recintos culturales suburbanos como el Faro Tláhuac.

En el ciclo escolar 2015-2016, fue profesora de español en una de las dimensiones más abstractas de la civilización: la secundaria. También impartió el Taller de Lectura, Redacción e Iniciación a la Investigación Documental a nivel medio superior en el Sistema Incorporado del CCH.

Gritona y cómplice del poetry slam México, ha colaborado en revistas independientes desde el 2013 y participado en recitales de poesía como el «RCA 13 CHILANGO-ANDALUZ». En el primer Circuito Nacional de Poetry Slam representó a la Ciudad de México bajo el resguardo de la Rojo Liguilla, organizada por Rojo Córdova en la Estela de Luz.

Actualmente, junto con Rando, es coordinadora del proyecto Libertad en Voz Alta, dirigido por Sandrah Mendoza, en el que se generan ciclos de slam poetry en los diferentes centros de reinserción social de la Ciudad de México.

A continuación presentamos una breve selección de su obra poética:


Parábola del exilio

Arrebatarme de los labios

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aleteos de mariposa

que en mi sexo se congelan

al contacto del incienso

Sumergirme en los ayeres

aleteos de telaraña

que en murmullos me atraviesan

desde el sur al pensamiento

Impasible el pensamiento

asimetría del ser y el sueño

que me araña en la pupila


el latido de la suerte

Voz ausente

Inmensa rabia


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Vida y ciencia

Hermana muerte

Toma de mis labios

el fervor que me ha clavado

en la palabra y en el verso

que dilatan mis lamentos

Tierra y muerte

Sangre fértil

Devuélveme al silencio

que esta carne estalla y vuelve

convertida en fe ferviente

fiel creyente del diluvio

y del augurio del castigo intermitente

Lluvia ardiente

Instante de locura entretejido en la eufonía de mi mente

Devastados al descuido

de la luz y el movimiento

extinguimos todo amor

adoramos todo invierno

Y en la histeria en que creemos

disolvernos y perdernos

Resucita-explota el verbo

y divide nuestros cuerpos

en espíritu y desierto

Y la realidad es voz del tiempo

Y ese tiempo que es zozobra

es  flor del pensamiento

fruto ardiente de la sombra

intermitente túnel del recuerdo

Volver a balancear mi yugular

del cielo al templo

Escapar de mis adentros

Gritar melancolía

Derramar en tu costado

mis fluidos, mis suspiros, mi armonía

Recostarnos en la sangre

que era mía

que olvidaste o preferiste no mirar

mientras me diseccionaban la existencia en una herida

Dime qué encontraste en mi pupila

cuando el último aliento me arrebataba

el derecho a seguir descosiendo mi vida

Dime si el reflejo de tu cuerpo

mantuvo su sonoridad de hielo a la sombra de mi estirpe extinta

o acaso suspendiste el fugaz ardor de mi locura, en tus caricias frívolas

Aún me queda la esperanza de mantenerme

Bajo la ráfaga adormecida

mas me conformaría

con que aleteara el viento

de mi nombre las primeras sílabas

Sofocada mi sonrisa

dónde olvidaré al amanecer

para no sentirme vacía

Frente al mar

adoraba dejar mi lágrima entumecida

de tanto que se clavaba

en mi corazón la desdicha

Engáñame y dime que sigo perdida

con la frente marcada y sin guía

y tras la cúpula

el destello de mi amor de niña

Dime que el pecado

Aún me extingue la inocencia que siempre creí dormida

Que traigo clavada la espina en mi costilla

y aún pretenden lanzarme una piedra al estigma

Engáñame y ofréceme

cambiar mi existencia en un desierto por 40 días

Engáñame y dime que, aunque tenga vagina,

también me resucitarás al tercer día.


Banshee

¡Me proclamo pestilencia de tu cuerpo putrefacto!

la inconsciencia abrumadora de tus insolentes labios

la distancia inerte de mis pudores más exactos

¡Mírame! Agonía latente

¿En dónde ocultaremos las caricias olvidadas?

¿En cuántos claroscuros se desdobla tu espalda desgarrada?

¿En cuántos logos pueden transmutarse las sonrisas más extrañas?

Aún no encuentro el firmamento

Vago distante en el instante ciego

absurda e insensata

buscando en tu cintura

la silueta cadavérica

para encontrar en ella

mi canto amordazado

de sirena agusanda

Degollados los silencios

la metamorfosis del oxígeno obsoleto

permite que sean mis senos

la ofrenda de tu sacrificio ritual

Ritual alojado en cavernas

en el violeta

que corre despacio en tus venas

Que sean tus muros

de piernas descompuestas

las manos que eleven mis orgasmos

a un suicidio espiritual

Que sea tu pensamiento profano

el que extienda mi lascivia

en la espera absurda

de una lógica patriarcal

lógica humana

lógica anciana

la que permite mi muerte

sobre un altar de incestuosa

y absoluta perfidia sensorial

que seamos en el sueño

en el evaporado incienso

en el renacimiento de los cuerpos imperfectos, al fin

dos sonámbulos del inframundo

disfrutando del eros celestial


Disección intraneuronal

 

Cuando decidas arrancarme tu mirada

procura que el filo de la daga

perfore sabiamente cada una de mis arterias genitales

para que no me viole el pensamiento

con la silueta más aguda de tu ausencia

y muera mi esencia completa

desgarrada cual suspiro

en lo nublado de nuestros espejismos

Procura el corte perfecto

Procura mirar al cielo

y convertirlo en rayo y trueno

por si vuelve sofocado mi esqueleto

muera ahora calcinado entre tu sexo

Cuando decidas ahuyentarme de tu infierno

procura que mi sangre se fermente bien en el olvido

y sean mis pasos carcomidos por los siglos

para que no gima mi ardor afligido en este presente de exilio

y mueran en llanto estas mis neuronas

que en son de amante hoy te he ofrecido

Procura no ahogarme en el ritmo

ni darme en aureolas delirios

procura no hablarme de libros

o correrás el peligro de verme resucitar

en mi verso tres veces caído

en mi verso caído

correrás el peligro

y me arrodillaré con mi canto cual lirio

con el dolor en mi centro y un cuervo hilarante en mi seno

evocando plegarias a tu silencio

Para no hacer tan onírico este destierro

bastará decir que aún te quiero

con mis ojos bien cegados por mi paganismo incierto

bastará decir que te quiero

por volver fantástico a este universo pérfido

y por robarme con caricias el dolor de lo imperfecto

bastará decir que te quiero

que aúllo en cada luna porque tu corazón no sea desierto

ni mar de esqueletos

ni el punzante desperdicio del fulgor perpetuo

más si es escaso mi recuerdo

procura desengañarme de espaldas y con la pupila en el suelo

por si me quema este rechazo eterno

que confundo con el padecimiento del humano enfermo

el humano que detesto por ser escoria

e intermitente sufrimiento

No me reprendas si vuelvo

Nos ha castigado el cielo

Divagamos con la palabra en los dedos

Con la tragedia en el hígado muerto

Con la comedia satirizando la descomposición de los fluidos maternos

Y con el melodrama bien clavado con sus celos en la poética de nuestro sexo

No me reprendas si vuelo

Seguimos estando muertos

Rodeados de cirios

De cadáveres

De niños afligidos

De suicidios

De desaparecidos

el silencio nos ha carcomido

Y esa fe de amantes

Se confunde con el ruido

Procura no amar al vacío

Morderá el odio del mundo célula a célula tus sentidos

Y habrás perdido

Procura sublimarte

Procura no olvidarme

Seguimos muertos

Más resonarán los latidos si implacable e irreverente te quedas conmigo


Musas

Las musas nacieron del rugido para navegar a contracorriente; por eso, a menudo, los hombres les imponen atributos de estatua, con la esperanza amagada en sus costados de que las fisuras ―huellas inherentes del latido atado a la ausencia― no reescriban más que sombras en las lápidas del tiempo.

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