Historias mundialistas grupo H: la estrella africana y el que sobrevivió a la guerrilla

Terminamos las historias mundialistas con el Grupo H

Nawalka, la historia de un técnico.

Adam Nawalka, fue estrella juvenil en el mundial de Argentina 78, ganó dos campeonatos juveniles y un campeonato de la Liga Polaca, sin embargo, las lesiones lo obligaron a retirarse a los 25 años y con la presencia del comunismo en Polonia, huyó a Estados Unidos, por el sueño americano.

Nawalka trabajó cortando árboles para ganar dinero y los domingos jugaba futbol semiprofesional. Cayó el comunismo en 1990 y volvió a Polonia, abrió una tienda de jeans y un negocio para vender automóviles. En 1995 volvió al futbol a dirigir en la tercera división, en el 2013, tras una larga trayectoria como técnico, dirigiendo en todas las divisiones del futbol polaco, llegó a la selección de Polonia. De su mano, Polonia calificó a cuartos de final en la Euro y después de no calificar a dos mundiales, logró esa calificación. Nawalka, de perfil bajo, logró hacer que estrellas como Lewandowsky jugaran un sistema ordenado y calificarse en la posición 10 de la FIFA.

Mané, la estrella

Sadio Mané forma el tridente revelador del Liverpool junto con Salah y Firmino, tiene 80% de acierto en sus pases, 46% de precisión en su disparo, ha jugado 51 partidos con su elección y ha anotado 14 goles. Tiene 26 años, es el líder del equipo, no solo por su talento sino por su calidad humana.

Este mismo año, donó 200 mil libras esterlinas para la construcción de una escuela secundaria en Bambaly. Para hacer su primera prueba y jugar al futbol profesional viajó 380 kilómetros, llegó con unos zapatos rotos y fue criticado por el entrenador, él solo imitó a Ronaldinho, rompió las puertas de la pobreza, de la discriminación y logró consolidarse como una estrella del futbol.

Davinson Sánchez, el talento descubierto en vacaciones

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En unas vacaciones, Juan Carlos Osorio, quien dirigía el Atlético Nacional, fue a ver a unos niños jugar en Calí, ahí estaba Davinson Sánchez, lo contrató de manera inmediata. Desde un principio le dijo que no era mediocampista sino lateral. A Osorio lo impresionó su madurez, su velocidad y sus habilidades a los 17 años.

El Barcelona lo buscó para ficharlo, pero él eligió Ajax, el equipo holandés lo vendió al Tottenham y hoy vale 42 millones de euros. Su éxito es un milagro. Su niñez la pasó en Caloto, blanco del conflicto entre las FARC y el gobierno, ahí donde morir era estar en el lugar equivocado o ser desplazado a la guerrilla era un destino regular.

Huyó junto con su familia, para perseguir el sueño de ser futbolista. La guerrilla no lo devoró, el Barcelona lo dejó ir y el diamante en bruto descubierto por Osorio, busca proteger a la selección colombiana de los embates japoneses, de Mané y de Lewandowsky.

 

Makoto Hasabe, el escritor y capitán

El capitán del equipo de Japón en 2010 juega en el Frankfurt junto con Salcedo y Fabián, es el jugador clave del equipo y también en la selección, juega de defensa y a veces delante de la línea defensiva. Es efectivo con los pases, con el 89% de efectividad y ha jugado 109 partidos con la selección y es su segundo mundial.

Hasabe escribió un libro titulado “Entrenando la mente” y ha donado 1.6 millones de dólares, de las regalías del libro a la Unicef para las víctimas del Tsunami de 2011. Es el líder de una campaña altruista que se llama “Primer pase”, donde busca combatir la idea de la cultura japonesa sobre que donar es embarazoso porque es símbolo de opulencia.

Hasabe busca que Japón califique a octavos de final sobre los favoritos Polonia y Colombia.


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