Lo que está mal con Vargas Llosa al declarar al feminismo como el enemigo de la literatura

¿La nota es que lo dijo o sería nota sí no lo hubiera dicho? Mario Vargas Llosa escribió en su columna del diario español El País acerca del feminismo y la literatura. Para cuando leas esto (es más, ahora mismo que lo estoy escribiendo) ya sería noticia vieja y todos los medios ya habrían recogido el siguiente [e incendiario] fragmento del texto:

Ahora el más resuelto enemigo de la literatura, que pretende descontaminarla de machismo, prejuicios múltiples e inmoralidades, es el feminismo. No todas las feministas, desde luego, pero sí las más radicales, y tras ellas, amplios sectores que, paralizados por el temor de ser considerados reaccionarios, ultras y falócratas, apoyan abiertamente esta ofensiva antiliteraria y anticultural.

Vamos a diseccionar porque solamente esas líneas son una locura sin defensa, ni siquiera para el ser más racional y desconectado de lo políticamente correcto:

  1. ¿Es algo malo que se pretenda “descontaminar” una disciplina del machismo?
  2. Como si hubiera un carnet de inscripción o adherencia, Vargas Llosa encapsula a las feministas en un todo del del que desprende más radicales y menos radicales.
  3. Habla de unas supuestas pobres víctimas, aquellos alegados defensores de la literatura (¿cuál? ¿toda? ¿la machista? ¿la de hombres blancos en la tercera edad?) que podrían ser acosados ¡de falócratas!
  4. Habla del feminismo como algo antiliterario y anticultural.
  5. En serio, ¿qué será de los pobres defensores ante las feministas? A I U D A

La siguiente parte de la columna nos da una pista a porque tanto enojo contra las enemigas de la literatura y el terror en el que tienen a sus disidentes (no).  ¿Cuántos son “casi nadie”?

Por eso casi nadie se ha atrevido a protestar aquí en España contra el “decálogo feminista” de sindicalistas que pide eliminar en las clases escolares a autores tan rabiosamente machistas como Pablo Neruda, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte. 

Sigue el tratado acerca del plan del feminismo para asesinar la literatura, según Vargas Llosa:

Quienes creen que la literatura se puede “adecentar”, sometiéndola a unos cánones que la vuelvan respetuosa de las convenciones reinantes, se equivocan garrafalmente: “eso” que resultaría, una literatura sin vida y sin misterio, con camisa de fuerza, dejaría sin vía de escape aquellos fondos malditos que llevamos dentro y estos encontrarían entonces otras formas de reintegrarse a la vida. 

En lo personal, como fanático del cine (comercialísimo, por supuesto), esto me resuena a la polémica en dicha industria. Por supuesto que se puede generar una industria más incluyente que lance productos creativos más respetuosos para las mujeres. Por ejemplo, en el cine es importante eliminar el male gaze. ¿Cómo? Al involucrar a más mujeres en la realización, producción y mercadotecnia. Es importante que el 50% de la audiencia se vea reflejada en los productos de entretenimiento ¿no?

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En la literatura el reto es el mismo. Sin pasar a temas de violencia sexual o el encumbramiento del acoso o violaciones dentro de narrativas literarias contemporáneas, el que los contenidos dejen el sexismo inherente de ciertos géneros sería refrescante. ¿Cuántos libros más necesitamos donde el escritor proyecte a aquellas mujeres que no le hicieron caso? ¿Cuántos personajes mujeres unidimensionales?

El miedo desmedido de Vargas Llosa se va a un extremo demencial en el que el final de la literatura vendría por la vía de la inclusión. Ahm, primero necesitamos tantita inclusión ¿no?.

Y dice:

Quienes quieren juzgar la literatura —y creo que esto vale en general para todas las artes— desde un punto de vista ideológico, religioso y moral se verán siempre en aprietos. Y, una de dos, o aceptan que este quehacer ha estado, está y estará siempre en conflicto con lo que es tolerable y deseable desde aquellas perspectivas, y por lo tanto lo someten a controles y censuras que pura y simplemente acabarán con la literatura, o se resignan a concederle aquel derecho de ciudad que podría significar algo parecido a abrir las jaulas de los zoológicos y dejar que las calles se llenen de fieras y alimañas. 

No señor, o  más bien, primero que pase [ya sé] antes de matar un movimiento.

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1 comentario

  1. Anniuska Karenina
    20/03/2018 at 13:58 — Responder

    Ni siquiera sabe (y me sorprende y no) lo que es el feminismo radical, desde la teoría femnista el feminismo radical es aquel que busca la raíz de la opresión y la violencia hacia las mujeres y se desarrolló en la década de los sesentas. Es una corriente que no busca el acercamiento político, ya que las leyes están dominadas por el patriarcado, siendo entonces su objetivo el cambio cultural. El feminismo radical está en contra del patriarcado, no de los hombres, y el cual perpetúa la violencia hacia las mujeres.

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