Resistencia campesina desde la Gran Montaña

Por Karla Castillo, Lucía Luengas y Ximena Ortiz1*Esta nota es parte de una serie narrativa del Colectivo Alterius, que busca rescatar algunas enseñanzas que nos dejan los procesos de resistencia en el Centro y Sur del país.

Pensar nuestra experiencia desde el sur es abrir el corazón y la mente hacia las diferentes formas de entender la vida. Durante nuestra estancia colectiva en San Cristóbal de las Casas compartimos saberes y sentimientos mediante la palabra. Uno de los encuentros que se llevó a cabo en el espacio ‘La Milpa Vive’ nos permitió conocer a personas que están sembrando en distintos lugares del mundo y de Chiapas.

Compartimos nuestra experiencia sobre la construcción de la ciencia comunitaria y la aplicación de tecnología de código abierto en huertos. A partir de éste encuentro tuvimos la oportunidad de ir a visitar una huerta familiar en la periferia de la ciudad, en la localidad de Huitepec, donde conocimos a Pedro y Esteban, compañeros productores de hortalizas orgánicas. Pedro junto con su familia, se dedica a la agricultura abrazando los principios de la agroecología y las buenas prácticas, lo cual hace que sus hortalizas sean libres de pesticidas y contaminantes. En sus dos hectáreas de terreno cultiva por medio de terrazas y camas biointensivas. Donde encontramos cultivos de brócoli, espinaca, acelga, alcachofa, betabel, haba, coliflor entre otros vegetales.

dscf0456La familia se sostiene de la producción y todos los integrantes participan en el cuidado y mantenimiento de las camas de cultivo. Las labores se distribuyen de acuerdo a las necesidades que se presentan; para los adultos las labores de trabajo inician desde las 5 de la mañana, constan de retirar manualmente los quelites y otras yerbas que roban nutrientes a los cultivos principales, regar cada cama, revisar los germinados y el compostaje, trasplantar, colocar composta a quien lo requiere, revisar si hay proliferación de organismos que causen un detrimento en el crecimiento vegetal y aplicar insecticidas elaborados por ellos a base de remedios naturales. Al caer la tarde, realizar la cosecha. Al llegar a casa, los jóvenes de la familia junto con los adultos lavan y empaquetan lo cosechado previamente, hacen los racimos de hojas y ponen las papas en bolsas para su transporte y venta posterior.

Las mujeres de la familia además del trabajo en el huerto, realizan las labores como elaboración de alimentos, cuidado de los niños, limpieza general de los espacios. María, esposa de Pedro, participa en la jornada del cultivo, el hogar y también en la venta de la cosecha en uno de los puntos de venta en la ciudad de San Cristóbal. La forma en la que comercializan su cosecha les resulta complicado, al no contar con un automóvil que les permita moverse desde Huitepec al punto de venta, por lo que deben recurrir al transporte público que hay en su comunidad.

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El acompañamiento que hicimos durante el recorrido, nos permitió conocer de cerca no sólo la forma de producción y prácticas agrícolas, sino mirar la forma de organización familiar. Durante todo el trayecto, nos acompañaron los hijos e hijas de Pedro y Esteban, corrían de un lado a otro por las camas de cultivo; verles andar con tanta confianza entre los vegetales y el terreno accidentado donde cultivan sus padres y madres, es ver a la futura generación de agricultoras/es aprendiendo (quizás aún en forma de juego) los saberes y conocimientos de su familia.

Estar en una de las zonas con mayor producción de hortalizas a las afueras de San Cristóbal es también conocer varios de los problemas con los que se encuentran muchos agricultores en los campos mexicanos. Por ejemplo la lucha por el territorio y el agua; en el caso de San Cristobal de las Casas y sus alrededores, la instalación de una planta de Coca-Cola que capta casi toda el agua potable que baja del cerro de Huitepec y explota de forma indiscriminada los mantos acuíferos de la zona es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las y los pobladores de esta zona de Chiapas.

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Fuente: SinEmbargoMx 2Para más información se puede revisar la siguiente nota: http://www.sinembargo.mx/06-05-2017/3209160.

La planta se sitia en un lugar estratégico y su impacto es mayor, ya que se encuentra en una zona con un alto potencial biológico. Huitepec se caracteriza por poseer un ecosistema conocido como bosque mesófilo. Éstos se distinguen por presentar neblina persistente o estacional que crea un microclima de gran humedad atmosférica, así las gotas de agua se capturan por condensación provocada por la vegetación y ocasionan precipitación pluvial que recarga los mantos acuíferos que abastecen a los poblados aledaños, incluyendo la ciudad.

En México la distribución de los bosques mesófilos de montaña está fragmentada y restringida a menos del 1% de la superficie del país. En Chiapas se encuentra uno de los remanentes, ubicada en la parte alta del volcán Huitepec. Una parte del bosque ha sido protegida mediante la adquisición del predio por un propietario privado, así como la declaración desde el 2005 como reserva ecológica comunitaria zapatista, por parte de las bases zapatistas de Huitpec Ocotal. El agua es uno de los servicios ambientales que proporciona el Huitepec, ya que casi 80% del suministro de agua a los municipios de San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula y Zinacantán proviene del manto acuífero del volcán3Enríquez Rocha. P. L. y J. L. Rangel Salazar. 2009. La Reserva Ecológica Huitepec. CONABIO. Biodiversitas. 85: 6-10..

La huerta familiar de Pedro y Esteban se ubica a las faldas del volcán y sin lugar a dudas es una de las mayores preocupaciones ya que de ahí se abastecen para el riego de las hortalizas. Sin embargo existen otras situaciones que ponen en riesgo la labor de la familia, como la comercialización de la cosecha ya que hasta ahora están limitados a un punto de venta el cual no es suficiente para la gran producción de más de 20 camas de cultivo.

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Una vez más somos testigoas de la difícil labor campesina y acompañamos la organización que parte de una de las estructuras sociales más importantes que es la familia, como portadores de un saber ancestral que guarda una estrecha relación con la tierra y se hereda de generación en generación, cada vez en una realidad más compleja donde enfrentar a las trasnacionales es parte de la lucha que emprenden los más jóvenes.

Desde esta experiencia valoramos aún más el quehacer campesino y convocamos a todoas a profundizar en las reflexiones colectivas e individuales respecto a nuestros hábitos alimenticios y el consumo de productos locales que favorezcan y promuevan los mercados locales, como acción directa contra los proyectos de muerte y destrucción que tanto afectan al país.

 

 

Referencias

Referencias
1 *Esta nota es parte de una serie narrativa del Colectivo Alterius, que busca rescatar algunas enseñanzas que nos dejan los procesos de resistencia en el Centro y Sur del país.
2 Para más información se puede revisar la siguiente nota: http://www.sinembargo.mx/06-05-2017/3209160
3 Enríquez Rocha. P. L. y J. L. Rangel Salazar. 2009. La Reserva Ecológica Huitepec. CONABIO. Biodiversitas. 85: 6-10.
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