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Protestas de solidaridad

Hemos vuelto a salir a las calles, pero esta vez a realizar hermosas protestas de solidaridad. Por un momento sentimos el horror de esa memoria que convoca recuerdos de tragedias pasadas, pero sumamos nuestros brazos a los de otros, tratamos de alegrar a quienes se agotaban de tristeza y abrimos nuestros zaguanes de par en par a la fraternidad.

Hemos visto a los héroes anónimos de siempre, los que mantienen esa glorificación del mexicano ante las desgracias naturales, sociales y aún las de carácter político, que tanto han devastado al país.

Desde el día de ayer hemos sido pueblo. Desplegamos un ejército de voluntades  inacabables que comenzaron a realizar labores de rescate antes que las corporaciones e instituciones  gubernamentales. Mientras ellos daban pomposas  entrevistas anunciando sus protocolos caducos, en las calles ya se veían centenares de manos voluntarias cargando escombros, tratando de salvar vidas.

Hemos desbordado la demanda de víveres y voluntarios, sobre todo en la Ciudad de México. Eso no minimiza el hecho de que hace falta equipo más sofisticado para las labores de rescate y que existe un notable centralismo de los medios de comunicación tradicionales, cuya cobertura prioriza las delegaciones de la Ciudad de México a pesar de las graves afectaciones que se reportan en Morelos, Puebla y Edo. de México.

En ese sentido, el arquitecto Javier Martínez Burgos, del Departamento de Monumentos Históricos de la INAH en el Estado de México, ha realizdo una evaluación que consigna que mientras Malinalco tiene daños menores, Sultepec, Tonatico, Zacualpan, Texcaltitlán y Ocuilan presentan severas afectaciones en las casas, los locales comerciales y las escuelas.

 

En la parte oriente del Estado de México el sismo se dejó sentir con toda su intensidad. Para muestra un botón: en Chimalhuacán el puente vehicular que conecta con Neza sufrió una fractura que provocó el cierre a la circulación; en Los Reyes la Paz las estaciones del metro Línea A suspendieron servicios en sus dos últimas estaciones; Nezahualcóyotl sufrió la caída de bardas de escuelas y resquebrajamientos en casas del municipio. En ese sentido, el despliegue de Protección Civil ha sido insuficiente, puesto que muchas casas no han sido evaluadas, aun cuando sus grietas presagian un derrumbe. Así, una tensa calma domina el ambiente en esta parte del mapa.

Ayer la memoria colectiva nos remitió a lo vivido en el terremoto de 1985, cuando los lazos de fraternidad se extendieron y multiplicaron. Y es que México se debate milenariamente entre la fatalidad y la esperanza: ante el dolor que nos supera, surgieron las brigadas, los acopios y los escuadrones de ayuda. Esa es la mejor manera de hacer humanidad: con la solidaridad de todas y todos ante la adversidad.


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