La diferencia entre los dos temblores y porqué uno causó tanto daño

Leemos en The Guardian que la ruptura en placas tectónica [una sola, en la misma] es problemente la causa de los terremotos en México, en un artículo del sismólogo Stephen Hicks acerca de las razones científicas por las cuales el temblor de 7.1 grados fue devastador, comenzando con un dato peculiar: no fueron dos o más placas tectónicas chocando, como suele ser el caso. Sólo se trató de movimiento dentro de una.

El experto habla también de “suelos gruesos y sueltos que se comportan como gelatina durante los terremotos”. El otro dato, uno bastante impresionante, es que el epicentro estuvo en el centro de México, no en una costa, sólo 50 kilómetros por debajo de la placa pero con una ruptura dentro de ella. El sismo de 11 días antes tuvo una profundidad en su epicentro de 70 kilómetros, por lo que resultó menos dañino, además de no tener su origen en el mero centro del país.

Parafraseando el artículo:

 

La torcedura final en la placa de Cocos se localiza justo donde ocurrió el terremoto del 19 de septiembre de 2017 y directamente debajo del Valle de México. Este deformación en la placa de Cocos causó un terremoto grande, enorme, con los mencionados 50 kilómetros y con origen en una zona densamente poblada.

Y no, la distancia de apenas 11 días el terremoto de 8 grados y el reciente (y devastador) de 7.1 no tiene importancia alguna. Es más, ni siquiera están relacionados y las afectaciones a las placas entre los mencionados guarda todavía menos relación.

Más información para leer en el artículo de The Guardian

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