Bosco Sodi, confrontará la tradición pictórica de cinco siglos atrás

El artista mexicano Bosco Sodi ha inaugurado su más reciente exposición “Por los siglos de los siglos”, con la cual confrontará la colección permanente del Museo Nacional de Arte (Munal), a través de un ejercicio comparativo inusitado. Se trata de una exposición que resulta al mismo tiempo una intervención en los espacios del recinto. Con un total de 21 obras del artista mexicano, se buscará realizar un diálogo entre el arte contemporáneo y la tradición pictórica de cinco siglos atrás.  La muestra podrá disfrutarse hasta hasta el 5 de noviembre.

Los rasgos identitarios de las piezas de Sodi se manifiestan en la materia: texturas, relieves, colores. Son estas características la que determinan un estilo único, mismas que buscará conectar con el arte de pasado y, en un sentido más amplio, ponerlas a prueba. Desde el arte que se creó en el virrenaito hasta las obras realizadas en el pasado siglo XX, Sodi realizó este ejercicio para desnudar sus obras a partir de la mirada del arte consagrado.

La muestra  permitirá acercar a un cualquier espectador promedio a las  posibilidades de los materiales del arte a través del tiempo. En este sentido, “Por los siglos de los siglos” es una restrospectiva  de todos los materiales, y técnicas que están configuradas en la obra de Bosco Sodi. Con el objetivo de ejercer un diálogo transhistórico a partir de lo material, de obras contemporáneas con el acervo institucional del Munal para crear así un discurso renovado y reactivar el interés por los tesoros que resguarda el recinto.

Esta exposición parte del interés de que artistas jóvenes hagan intervenciones en el recinto para refrescar su discurso curatorial. Por ello, las 21 piezas de Bosco Sodi se encuentran dispersas por 14 de las 33 salas del Munal, con el fin de que los asistentes puedan admirar la colección con otros ojos.

Y es que en la propuesta curatorial de Por los siglos de los siglos. Exploración matérica con la colección del Museo Nacional de Arte, instalaciones hechas con polines, piedras volcánicas pintadas con cerámica de alta temperatura y obras con superficies de gran relieve, dialogan con piezas emblemáticas del arte novohispano y virreinal.

Bosco Sodi apuntó que su obra “hay que sentirla nada más, hay que verla como cuando se ve un atardecer, puede gustar, crear ciertos sentimientos, ciertas connotaciones, el chiste de mi obra es que sea de lectura fácil, simple en el buen sentido de la palabra y que el espectador no se sienta como en otro tipo de exposiciones, que va uno y se siente tonto porque no entiende la pieza. Aquí no hay nada que entender, es como ver un árbol o un atardecer o una noche de estrellas”.

Lo importante de esta exposición, dijo el artista, es que queda al descubierto el lenguaje eterno y universal del arte, pues se trata de piezas con gran distancia en el tiempo que pueden dialogar fácilmente, como es el caso de una gran piedra volcánica intervenida en dorado, que se presenta junto a Rocas, paisaje de José María Velasco, lo que para el artista ha sido un gran privilegio.

 

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