Una iniciativa por México

Ante un escenario internacional adverso donde el presidente de los Estados Unidos Mr. Donald Trump ha pretendido explicar que en materia económica va a revisar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) ya que a su modo de ver ha sido poco beneficioso para su país, se requieren alternativas en caso que decidan en aquel lado del Rio Bravo concluir con este acuerdo multilateral que existe desde 1994 y que ha permitido una zona de libre comercio entre  los tres estados firmantes: Canadá, México y Estados Unidos.

La “lectura” del presidente norteamericano es que este Tratado favorece a México ya que muchos empleos se perdieron en su país y ha creado un déficit comercial, según sus cuentas, de 60 mil millones de dólares, aunque olvida contabilizar que muchos de los productos que van de aquí para allá los producen empresas con sello de E.U. que producen en México.

La situación es compleja en esta relación bilateral, más en el caso de la dependencia que se tiene respecto de algunos productos que recibimos de Estados Unidos. 78% de nuestras exportaciones van a ese país y el 50% de los productos que compramos vienen de allá.  No es menor que prácticamente ocho de cada diez cosas que vendemos las compren en E.U., pero tampoco lo es que hoy existe una región económica que además de comercio genera expectativas, relaciones sociales y culturales, empleos, crecimiento económico y bienestar social, bajo un agenda con múltiples líneas que van del medio ambiente en la frontera hasta la seguridad regional.

En esta perspectiva, con todo y NAFTA o lo que quede tras la revisión que pretenden hacerle lo asesores de Mr. Trump, es necesario generar escenarios o replantear qué hacer para beneficiar a la sociedad nacional. Debe recordarse que si bien este tratado comercial es el más importante, México también cuenta otros que podrían convertirse en alternativas, a saber: el TLCUEM con la Unión Europea, el AAE con Japón,  TLC Único con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; así también como la Alianza del Pacífico que involucra a Chile, Colombia y Perú, por ello es posible aseverar que se tienen socios comerciales, foros multilaterales y regionales que permiten pensar en alternativas a nivel internacional, pero sobre todo México tiene un mercado interno real y potencial que con medidas de política pública acordes y el trabajo común de los sectores económicos puede aportar dividendos mayores.

Personas de negocios, industriales y políticos de todos niveles han planteado que si bien la era de la globalización implica ver hacia otras naciones, también debe observarse el interior. Por ejemplo, Carlos Slim recién expresó “La mejor barda son inversiones, oportunidades y actividades de empleo en México. Hay que generar esas oportunidades que desde hace 30 años ha provocado inmigración hacia fuera” y concluyó en esa misma frase “Es importante no frenar el desarrollo de la economía interna”.

En la arena legislativa existen propuestas que abrazan fortalecer la economía interna. El que escribe estas líneas presentó una iniciativa ante el H. Congreso de la Unión, la “Ley de Fomento a la Integración de Insumos Nacionales para Obras de Infraestructura Pública no Energética, también llamada “Ley México”; que planteó en primer término que existía una masa de recursos destinados a la infraestructura equivalentes casi a la mitad del presupuesto en la actual administración federal; segundo que para detonar la economía, la infraestructura fuese hecha con manos mexicanas al utilizar insumos mexicanos producidos por empresas mexicanas; y tercero, que con ello la inversión del sector se quedaría en el territorio. Si bien las cifras hoy son otras ante los problemas económicos, lo cierto es que diferentes obras habrán de construirse en los próximos años y se precisa una Ley -ahora ya no sería proteccionista- para fomentar la producción de lo que sí sabemos hacer y podemos hacer.

Con el trabajo de cada persona podrán fortalecerse los sectores productivos, considerando que el 65% del PIB está en el sector servicios, el 31% en el industrial y el 4% en el agrícola es tiempo de pensar reactivar la economía al interior de la nación; esta no es la única medida pero puede aportar a que los recursos de los mexicanos se aplique para beneficiar a los mexicanos.   

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