El infierno de los multifamiliares representado en una sensual danza sesentera

El mundo contemporáneo nos impone una vida vertical.  El cielo tiene un límite:  los tinacos son el punto de descenso.  El vértigo está acentuado por ventanas en donde las vecinas otean los chismes. El suicida,  en su caída, tendrá que pasar por todos los pisos de un infierno multifamiliar y solidario. El abismo está custodiado por el portero. Los perros ladran pero no son los de tu vecino calvo, son los que llevas por dentro, mordiéndote el alma.

La vida vecinal puede ser un infierno en muchas ocasiones, y en algunas otras es sin duda una danza en donde las pasiones humanas le sacan brillo a la pista. Si el deseo, la envida, el temor, la derrota o la soledad,  muchas veces se han expresado mejor en las cumbias, los sonideros o el reggaeton, no hay nada mejor para llevar al límite estas pulsiones emocionales que el rock sesentero. El descenso a los infierno se advierte también en la compulsión de las guitarras. Somos animales que se alimentan de música.

Actualmente en el Centro Cultural Helénico se están ofreciendo funciones para un espectáculo escénico en el que se involucran los instintos más feroces del ser humano: el deseo de convivencia y la incapacidad para relacionarnos con los otros, mostrados a través de una frenética e ilusoria danza. Remodelación vecinal/ Vida Vertical es el nombre de una de las ofertas culturales más interesante de la temporada.

La compañía Mitrovica Danza Contemporánea presenta este proyecto en donde la narrativa lineal de los sucesos está sustituido por la sensualidad, el frenesí y la coreografía que desmenuza un rock tan psicodélico como el alma humana. Música, videoarte, danza, y poesía se mezclan en esta Remodelación vecinal al punto en que tu cerebro sólo pide una cosa: bailar.  El mundo es una experiencia multifamiliar y multisensorial. 

Bailar es un encuentro con los otros. Se puede bailar en soledad, pero la verdadera catarsis y el goce se dan siempre a expensas de la mirada del otro. Así, los protagonistas de esta Vida vertical expresan sus más grandes deseos y sus más terribles temores, sus virtudes y sus defectos, ante un público que se convierte también en un vecino más, un habitante que observa desde una ventana lo que le sucede a los demás habitantes del edificio.

Este montaje dancístico, bajo la dirección y coreografía de Andrea Chirinos, está basado en las ideas del artista inglés Stephen Willats, que hizo varios proyectos multifamiliares en la Inglaterra de los años 70 y 80, con lo cual buscaba resaltar la función social del arte y la capacidad de la sociedad de remodelar su entorno participando en él.

Chirinos ha optado por evidenciar la esencia del mexicano: el humor. A partir de ahí, la danza se gesta para desembocar en el deseo absoluto, el erotismo como punto final de un baile apoteósico donde los seres mas extraños ya han dicho todo lo que tenían que decir sin usar palabra alguna, todo lenguaje es corporal. Por supuesto, la música se acompaña de palabras y éstas de poesía que refuerzan el sentido musical de lo que se vive sobre el escenario: “Soñé que manejaba sin licencia, era divertido”. La risa como consecuencia de la inestabilidad.

Remodelación vecinal/ Vida vertical estará en cartelera hasta el 30 de abril, todos los domingos a las 18 hr, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. Sin lugar a dudas,  es un espectáculo que no puedes perderte.

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