Una terapia contra el Alzheimer se encuentra en los museos

El Laboratorio de Arte Alameda (LAA) ha puesto en marcha el programa Memoria y narración, cuyo propósito es acercar a la comunidad de adultos mayores y personas con demencia senil a las actividades culturales que ofrecen los museos.  En el marco de la muestra Un futuro anterior de Erick Meyenberg.

Dicho programa está organizado en colaboración con la Fundación para Ancianos Concepción Béistegui y el proyecto Circuitos, coordinado por Gonzalo Domínguez. Se llevará a cabo en dos etapas. La primera de ellas será un taller de memoria y narración en el que se abordarán temas como la vida y su fragilidad, el cuerpo, la naturaleza y la importancia del tiempo, el cual será impartido el 26 de enero en la Fundación para Ancianos Concepción Béistegui.

La segunda fase consistirá en una visita guiada a la mencionada exposición, en la cual se trabajará sobre las vivencias, experiencias y memorias de los participantes, que se impartirá el 16 de febrero en el LAA.

“Con el Laboratorio hemos trabajado varios talleres con pacientes que tienen Alzheimer. Ahora cubriremos dos campos: invitar a los adultos mayores a conocer nuevos espacios para socializar y tener experiencias multisensoriales, y crear comunidades participativas que reflexionen sobre sus propias problemáticas”, dijo en entrevista para INBA el doctor Gonzalo Domínguez, quien impartirá el programa junto con el equipo de mediación del LAA.

Durante la primera etapa del programa el departamento de Servicios Educativos del museo irá a la Fundación para Ancianos Concepción Béistegui para desarrollar el taller con los pacientes y así generar conocimiento y un diálogo.

Posteriormente, los pacientes y cuidadores de la institución de asistencia privada acudirán al LAA para la visita guiada, en la que convivirán con obras artísticas, para concluir con un taller que vinculará las dos actividades previas y en el cual los participantes crearán sus propias piezas para hacer una exposición.

Sobre la respuesta que ha tenido este tipo de talleres, el doctor aseveró que son favorables en distintos niveles: “Fortalecemos la parte emocional de los pacientes, y, a nivel social, familiares y cuidadores desean hacer más actividades, porque se dan cuenta de la importancia que tienen actividades como esta, que permiten reflexionar y hacer una comunidad más fuerte.

“El beneficio es para instituciones, pacientes y familiares. Es una actividad que nos permite abrirnos a nuevos y diferentes públicos. A partir del arte se pueden promover novedosas formas de acercarnos a la realidad y generar sociedades más inclusivas. En esto, los museos juegan un papel muy importante, porque se convierten en espacios de encuentro y en instrumentos para que los diversos públicos reflexionen sobre sí mismos y su contexto”, subrayó.

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Al acercarse al arte, los pacientes pueden recordar momentos importantes y se abren a vivir experiencias diferentes, agregó. “A partir del arte, los enfermos pueden expresar mejor sus emociones y lo que ven, y desarrollar su creatividad. Se les facilita la expresión de sentimientos, recuerdos y mensajes; pierden el miedo, y tienen más confianza en sí mismos.

 

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