Menos de lo mismo

Por Javier Garduño
Coordinador del Área de Presupuesto y Política Pública
Fundar, Centro de Análisis e Investigación

Esta semana se publica en el Diario Oficial de la Federación el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2017 (PEF 2017), el instrumento legal en donde se muestran las prioridades de gasto para el próximo año. Hay pocas cosas que celebrar y mucho que cuestionar en el Presupuesto para 2017. De las pocas buenas noticias se tiene que después de cinco años de incidencia de varias organizaciones de la sociedad civil por fin se logró que un porcentaje mínimo del 15% de los recursos del Fondo Metropolitano sean asignados a proyectos de transporte público y movilidad no motorizado (desde su creación, este fondo se ha asignado principalmente hacia obra de ampliación de infraestructura vial, lo cual conlleva múltiples externalidades negativas). Las malas: este fondo disminuye de 10,400 a 3,240 millones de pesos. Una muestra de la situación compleja por la que atraviesan las finanzas públicas en México debido a la caída de los precios internacionales del petróleo, la volatilidad en el tipo de cambio y a la disminución de la producción petrolera.


Así que para el PEF 2017 tenemos menos de lo mismo. No se aprecia un cambio significativo en la forma en la cual se han asignado los recursos públicos entre los diferentes ramos del gobierno. Claro, existen perdedores y ganadores respecto al monto aprobado para el presupuesto de este año. Los que ganan (porcentaje de crecimiento real respecto al presupuesto de 2016):

RAMOPorcentaje
Deuda Pública13%
Aportaciones a Seguridad Social12%
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado11%
Instituto Mexicano del Seguro Social11%
Comisión Federal de Competencia Económica9%
Comisión Nacional de los Derechos Humanos8%
Comisión Federal de Electricidad8%
Participaciones a Entidades Federativas y Municipios*6%
Poder Judicial6%
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación5%


* Recursos transferidos a estados y municipios los cuales no tienen un fin específico y pueden destinarse con discrecionalidad por los gobiernos locales.

Los que pierden (porcentaje de decrecimiento real respecto al presupuesto de 2016):

RAMOPorcentaje
Educación Pública-14%
Gobernación-17%
Función Pública-17%
Energía-19%
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación-19%
Trabajo y Previsión Social-22%
Comunicaciones y Transportes-22%
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología-23%
Turismo-27%
Medio Ambiente y Recursos Naturales-37%
Economía-37%
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano-39%


Debido al incremento del tipo de cambio, así como a una mayor recaudación tributaria (impuestos) veremos para el próximo año un importante crecimiento del monto destinado al pago de la deuda pública, así como un aumento de las participaciones, recursos que se transfieren a los gobiernos locales y de los cuales no se rinde cuentas sobre su ejercicio a la federación. En cambio, el gasto social para los Ramos de Salud, Educación, Desarrollo Social, Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Comunicaciones y Transportes, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y Medio Ambiente y Recursos Naturales se verá severamente afectado. Tan sólo de estos Ramos se plantea un recorte para el siguiente año de más de 153,579 millones de pesos, lo cual seguramente tendrá un impacto importante en el bienestar de la población que depende de los servicios de salud, educación y desarrollo social en nuestro país.

Las y los Diputados hubieran podido corregir las deficiencias de la propuesta de Presupuesto de Egresos 2017 que presentó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Sin embargo, en lugar de destinar mayores recursos a los sectores que tienen mayor incidencia en el bienestar de la población en situación de vulnerabilidad, así como al combate del cambio climático, las y los diputados decidieron asignar una bolsa adicional de 38,259 millones de pesos para el Ramo 23, el famoso ramo del Fondo de los Moches. De esta forma, y de nueva cuenta, en lugar de tener un contrapeso real en el Poder Legislativo que cuestione y corrija la propuesta del Ejecutivo, vimos que sin debates y a puerta cerrada la Cámara de Diputados decidió menos de lo mismo: menos recursos para el financiamiento de bienes y servicios prioritarios, y en su lugar más recursos para repartir en proyectos sin controles y sin beneficios reales para la población.

En el contexto actual marcado por la incertidumbre que genera el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, un presupuesto inercial como el que se aprobó recientemente vaticina un 2017 turbulento. ¡Feliz cierre de 2016!


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