La literatura fantástica, una obsesión incomprendida

Sobre la literatura fantástica pesan los prejuicios generados por el cine Hollywoodense, la incomprensión de una sociedad acostumbrada a los malos productos televisivos y el desdén de los lectores que sólo buscan en la literatura un remanso de lo ordinario. Muchas veces olvidamos que autores como Borges, Cortázar, Arreola o Carlos Fuentes cultivaron esta corriente literaria con una pasión mayúscula. Uno de nuestros más graves desaciertos como amantes de la literatura es la poca atención que hemos concedido a la obra de autores como Amparo Dávila, quien es considerada una escritora de culto y  una de las grandes maestras de la literatura de terror y fantástica. Sus cuentos “El huésped”, “Tiempo destrozado”, “La señora Julia” y “El espejo” son la más alta cima de la imaginación consumada por sus elementos más extraños y desconcertantes.

Actualmente la narrativa mexicana está  habitada por muchos escritores que exploran el lado fantástico de la imaginación: José Luis Zárate, Ricardo Bernal, Bernardo Esquinca, Ignacio Padilla (recientemente fallecido), Iliana Vargas, Edgar Omar Avilés, Alberto Chimal, entre otros. A muchos les resultará bastante conocido este último escritor, pues Alberto Chimal ha logrado posicionarse como una de las voces más interesantes de la narrativa mexicana, debido en gran parte a su muy particular exploración de la literatura fantástica, o también conocida “literatura de la imaginación”, término en el que se basan muchos autores para denostar esta corriente. A decir del propio Chimal: “me parece que a veces la literatura mexicana tiene un pleito muy grande con la imaginación y da mucha vergüenza decir que algo es imaginativo. Entiendo que hay gente que debe contar la realidad, lo que está pasando en nuestro país, pero no necesariamente todos debemos escribir en esa línea”.

Si le preguntamos a autores como el mismo Chimal o José Luis Zarate, amantes de los microrrelatos y la escritura digital,  qué significa para ellos la literatura fantástica nos responderían que se trata de una obsesión incomprendida. Si bien a este tipo de literatura se le ha encasillado en el formato de “literatura de entretenimiento”, cabe dejar en claro que no todo es Harry Potter, ni mucho menos el ejército de imitadores que ha dejado esta saga “mágica”. En México hay una tradición bastante arriesgada y propositiva de la literatura fantástica, pero para acceder a ella hay que nadar en contra de la corriente que producen las grandes editoriales con sus títulos imitadores de esos grandes éxitos comerciales. La industria ha colocado el género fantástico en un catálogo de venta bastante simple.

Para vencer los avatares de la sociedad de consumo cultural y enfrentarnos a la perturbación que sólo buena la literatura fantástica puede dejarnos, el Golem Editores ha preparado la mesa de diálogo “Acercamiento a la literatura fantástica” en donde participarán los escritores Armando Alanís, Roger Vilar y Adán Ramírez Serret, como parte de la cuarta edición de su ciclo Crítica y pensamiento sobre la poesía y la narrativa. La cita es las 19 hrs.  en el café-bar Las Hormigas de la Casa del Poeta Ramón López Velarde.

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