La democracia: “La hemos cagado”

Democracia es un concepto tan abstracto que ni los más abstractos pueden definirla, nadie podría definir tajantemente y de manera autoritaria a la democracia: solo los griegos y su palabra poder del pueblo. Eso y todo es lo mismo: eso es la democracia.

La democracia tiene como principal objetivo poner a los ciudadanos en el centro de la discusión y de las decisiones políticas. Desde, para y con los ciudadanos. Por eso se decidió que los gobernantes eran electos mediante el voto popular, y que los representantes iban a tomar en cuenta a los ciudadanos para tomar las decisiones. Por eso se decidió que la información pública debe ser de los ciudadanos, que los ciudadanos necesitan mayores mecanismos para participar: como consultas o presupuestos participativos.

Sin embargo hemos cometido tantas confusiones sin entender dónde estamos y cómo somos, o peor aún, tampoco sabemos lo que queremos:

  • Queremos libertad pero no sabemos cuánta
  • Queremos ser escuchados pero no ir a marchar
  • Queremos formar parte de las decisiones pero que no duren las discusiones más de 30 segundos
  • Queremos ser protagonistas pero no salimos a votar

Y así mil y una paradojas de la democracia. Como las que damos cuenta en este artículo basado en el Latinobarómetro: La democracia no funciona donde se analiza que la mayoría de los latinoamericanos creen que los gobiernos, gobiernan para el beneficio propio y no para el bien de pueblo: la mayoría tiene razón. Pero cuando nos toca gobernar nos equivocamos (Brexit, #ColombiaDecide, Trump). En ese mismo texto la mitad de los Latinoamericanos prefieren orden a libertades, en ese contexto la democracia no ha cumplido las expectativas, ni siquiera las mínimas de los ciudadanos.

Y nos equivocamos porque tenemos derecho a equivocarnos pero hay de derechos a derechos y de equivocaciones a equivocaciones.

Dice Caparrós en New York Times:

Así que muchos hablan en estos días de Colombia como un país partido en dos; lo que hay, en realidad, es un país partido en tres. Los votantes del Sí son poco más del 19 por ciento; los votantes del No son poco más del 19 por ciento; los que no fueron a votar son más del 60 por ciento de los colombianos. Y eso es, a mediano plazo, lo más grave.

Y sobre Trump, Colombia y el Brexit, Carlin dice en El País:

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Mucha red digital, mínimo criterio racional. La ciencia evoluciona pero el animal humano no. Infantil y primitivo, no deja de ser presa fácil de las vanidades, de las locas ansias de poder y del cinismo de los machos alfa manipuladores. El año 2016 nos lo está demostrando con más claridad de lo habitual, pero no es ninguna excepción a la regla.

¿Por qué la hemos cagado?

  • La democracia implica hablar en plural
  • La democracia implica libertades limitadas que no pueden pisotear los derechos de otros
  • No existe el votante racional (nada es más racional que la paz o que no votar por Trump)
  • No participamos: el principal error de la democracia es asumir que nuestro voto no importa y que no transforma la situación política y social de un país, los más claros ejemplos son los miles arrepentidos del Brexit y la jovencita que dijo que Colombia es una “tristeza de país”. No participamos, porque tenemos derecho de no hacerlo, pero también porque la democracia no ha sido suficientemente atractiva para participar.
  • Los ciudadanos a veces no quieren participar, y en mayor parte porque no están convencidos de que hacerlo signifique algo bueno para su vida cotidiana, quizá el Brexit y el Plebiscito no tengan efectos a corto plazo, desgraciadamente cuando los tenga, los que no participaron se habrán olvidado de su ausencia en las urnas y habrán lanzado su enojo mediante un tuit al gobernante del momento, gracias a esa memoria de corto plazo.
  • La hemos cagado porque tenemos derecho a cagarla y somos tan libres de hacerlo que lo hacemos, en el peor de los casos cada 3 años en las urnas.

Necesitamos una clase política, no solo gobernante, sino de oposición, mediática, de la sociedad civil y académica que transforme la manera de ver y estudiar la democracia, una democracia que este año la ha cagado tantas veces que se tiene que replantear, desde la discusión pública, desde provocar el debate, desde lo básico y empezar a explicar qué es la democracia; una definición clara y entendible puede ser: ese lugar donde la podemos cagar, tenemos derecho a hacerlo y todos nos respetan, para empezar.

Preguntas de salida:

¿Está bien elegir nociones justicia en lugar de nociones paz?

¿Está mal rechazar un mensaje de paz?

¿Si hago uso de mi plena libertad, me equivoco?

¿Somos completamente libres de decidir equivocarnos cuando si lo hacemos seremos juzgados?

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