El calentamiento global y la codicia por los árboles

REDD – La codicia por los árboles

Titulo original: REDD : la codicia por los árboles (El Caso Chiapas: la Selva Lacandona al mejor postor)
Direccion: Domingo M. Lechón
Guión: Ángel Galán, Jesica Ciacci, Néstor Jiménez, Domingo M. Lechón
Imagen y sonido:Ángel Galán, Mario Nájera, Néstor Jiménez, Luis Iborra, Fuyumi Labra, Jesica Ciacci
Producción: Jesica Ciacci
Producido por: Otros Mundos AC – Amigos de la Tierra México
Con el apoyo de:Amigos de la Tierra Internacional, Fundación Siemenpuu, Global Justice Ecology Project
Entrevistas: Domingo M. Lechón, Claudia Ramos, Jeff Conant, Jesica Ciacci
Animaciones: Jesica Ciacci, Néstor Jiménez, Domingo M. Lechón
Dirección de arte: Jesica Ciacci
Voz en off: Saskia Hernández
Diseño: Domingo M. Lechón
Edición: Néstor Jiménez, Domingo M. Lechón
Imágenes extras: Canal10 Tv Chiapas, Comunicación de Gobierno de Chiapas, Organización de las Naciones Unidas ONU, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Notimex, Amigos de la Tierra Internacional, Maderas del Pueblo del Sureste AC, Diario de Chiapas
Música: Calle 13, Balam, F-Steel
Agradecimientos: Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, Ranchería Huitepec-Alcanfores, Comunidad de Betania, Comunidad de Amador Hernández, Enlace, Comunicación y Capacitación AC,  Maderas del Pueblo del Sureste AC, Cooperativa Ambio, Conservation International, SEMAHN Gobierno de Chiapas, Koman Ilel, Naranjas de Hiroshima, ECO – Estrategias en Comunicación, Amigos de la Tierra Internacional, RECOMA, Isaac Rojas, Javier Balderas Castillo y a todas las personas que hicieron posible este trabajo.
Grabado en: Quintana Roo: Cancún (dic 2010) y Chiapas: Amador Hernández, San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo, Betania, Acteal (abril-julio 2011)
Licencia: Creative Commons . Algunos derechos reservados :
Permitido difundir este trabajo por cualquier medio
Permitido utilizar este trabajo, menos con fines comerciales
Permitida obra derivada, manteniendo esta licencia
En todo caso referenciar la autoría

Pais de produccion: México
Año: 2011

El filósofo esloveno Slavoj Žižek decía que nos resultaba más fácil pensar el fin del mundo que el fin del capitalismo y justo eso es lo que sucede cuando vemos las políticas globales para detener el ecocidio global. Desde la irrupción del concepto “Calentamiento Global” las élites se rompen la cabeza intentando salvar un modelo económico a todas luces insostenible, impuesto por ellos mismos a base de costosas campañas mediáticas (para una revisión detallada de este proceso se puede consultar el ensayo “El pensamiento secuestrado” de Susan George) y que paradójicamente ha logrado fanatizarlos al extremo de poner en riesgo el equilibrio ambiental que nos sostiene. Hoy sabemos que la única posibilidad de resolver nuestros problemas ecológicos es la desaceleración económica, lo que implicaría un cambio radical y la desarticulación del pensamiento dominante: el capitalismo neoliberal.

Pero lo que vemos es la ridícula apuesta por mantener el equilibrio entre explotación y conservación, no desde la disminución de la transformación inútil de la naturaleza, sino desde el incremento de la “desigualdad social”. Es en este sentido que el mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por la Deforestación y la Degradación de los bosques) resuena en la actualidad de Chiapas y muchos otros lugares del mundo. Fue propuesto hace unos años en la ONU como un mecanismo de compensación que supuestamente ayudará para combatir el cambio climático y que sin embargo está destinado al fracaso en tanto no resuelve la dinámica global de extracción, transformación y acumulación de la naturaleza, solo la redistribuye desde esquemas político-económicos insostenibles. Sin embargo, en la Cumbre del Clima de Cancún en 2010 (COP16), esta propuesta se afianzó fuertemente gracias al impulso del Gobierno de México, quien presentó algunas “acciones tempranas” de REDD e introdujo a comunidades rurales en el mercado del carbono.

En el mundo, la situación de la capa forestal es grave. La tasa anual de variación de la superficie forestal de 2000 a 2005 fue del -0,51% (y -0,46% de la década de los 90). De 1990 a 2005, en quince años, se perdió el 3% del área total de bosques representado un 5% de reducción de depósitos de carbono. Aproximadamente 13 millones de hectáreas se deforestan anualmente, lo que equivale liberar a la atmósfera aproximadamente 2 billones de CO2 por año. Se calcula que para la totalidad de los trópicos, las emisiones por deforestación equivalieron a 1.500 millones de toneladas de CO2 anuales en el periodo mencionado. Esto representa el 17% de las emisiones mundiales de Gases Efecto Invernadero (GEI). Los bosques almacenan 289 Gt de Carbono y solo el 12 % de los bosques del mundo han sido designados para la conservación de la biodiversidad biológica.

En México, los bosques cubren el 31% del área total de la superficie. En los últimos 13 años, con el financiamiento del Baco Mundial, éste asegura que el país ha logrado la protección de 800 mil hectáreas de bosques comunitarios y se ha evitado la migración de seis mil 204 campesinos. Se establecieron 353 regulaciones y estatutos sobre la protección de bosques y 51 esquemas de pago por servicios ambientales. Además han sido fortalecidas 41 asociaciones y 179 empresas comunitarias de bosques, mientras más de un millón 783 mil hectáreas se encuentran reguladas bajo 274 planes de zonificación comunitaria. Todo esto generado a raíz de un plan piloto desde 1997. Gracias a ello, el Banco Mundial asegura que México se ha convertido en “líder mundial” en materia de manejo sustentable de bosques comunitario.[3] Sin embargo, esto es muy contrastante con la pobreza en aumento no sólo de la población rural, del hecho en que México ocupa el primer lugar en migración en el mundo y que la deforestación avanza a un ritmo acelerado por medio de la implementación de diversos megaproyectos.

Chiapas se lanza a la delantera en la carrera por el negocio del Cambio Climático, poniendo a sus bosques, selvas y plantaciones de monocultivos al servicio del mercado de carbono. Nuevamente, el subsidio del estado a las empresas se plasma en el negocio de la crisis climática con la participación de ONGs conservacionistas empresariales, trasnacionales, al servicio del lucro ambiental. Con varios argumentos: que el 62% de las emisiones en Chiapas proviene de cambio de uso de suelo; que REDD traerá progreso, combate a la pobreza, y que promete un negocio rentable. El objetivo es captar los recursos que los países emisores de GEI han destinado para compensar su contaminación global. Por ejemplo, China ha destinado 1 billón de dólares de inversiones en su mercado de carbono (captura de metano y gases industriales, la conversión de desechos a energía). Sin embargo, lo que no dicen es el fracaso de los proyectos de pagos por servicios ambientales que ya se han implementado, ni tampoco los montos raquíticos que reciben las comunidades indígenas y campesinas por compensar y paliar a los países en desarrollo la crisis ambiental que han generado.

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A grandes rasgos el mecanismo REDD busca mantener (aunque se presente como una solución para reducir) la dinámica económica global, permitiendo el crecimiento acelerado de los países desarrollados, pero compensando ese crecimiento con el empobrecimiento exacerbado de los “países en desarrollo” [cabe señalar que “países desarrollados” y “en desarrollo”, son conceptos creados por la misma ideología occidental, pero que visto desde el punto de vista ambientalista se invierten los roles]. Pero el problema es más complejo cuando se entiende desde la producción económica global, porque la economía de países como China, no solo está basada en la explotación de sus recursos naturales, sino en la explotación indiscriminada de los recursos del “tercer mundo” [otro concepto denigrante e insostenible desde las ideologías contrahegemónicas]: El problema grave es que aún cuando se implementen legislaciones de protección ambiental, las empresas trasnacionales pasan por encima de ellas, no solo con el vacío discurso del empleo como palanca de desarrollo personal, sino también corrompiendo gobiernos e infiltrando células del crimen organizado [México es un claro ejemplo de estas dinámicas, en todos los niveles de gobierno y organización social].

Tampoco se hace referencia a que las inversiones en el mercado de carbono tienen muchas deficiencias e incertidumbres políticas y administrativas. No hay certidumbre ni transparencia en los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) cuyos proyectos aprobados muchos ya estaban planeados o en proceso de construcción; que falsedades en las emisiones reportadas y que están obligadas a reducirse; que el precio de la tonelada de CO2 no es rentable; que no están fortalecidas las obligaciones vinculantes en los países emisores; que no hay garantías jurídicas, administrativas o institucionales en los países sumideros para implementar el mecanismo de REDD. Faltan mecanismos confiables de medición y, sobre todo, para el sector privado que busca cómo obtener más ganancias de la crisis climática, reclaman burocratismos y rechazan todos aquellos instrumentos o medidas que no les faciliten la rápida y fácil ganancia.

En este vídeo documental distintas partes implicadas dan argumentos sobre REDD, sobre el interés que hay en la implementación de este mecanismo y sobre lo que implica para Chiapas; un debate urgente, que como todo tema de relevancia que pone en riesgo la estabilidad política del sistema dominante, es ocultado por la prensa oficialista o presentado de manera difusa y engañosa.

Esta entrada llega gracias a Naranjas de Hiroshima y Cine Nómada.

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