Sigue siendo difícil ser mujer en México.

Uno de los puntos nodales para permitir mayor equidad de género en una sociedad es ofrecer las mismas oportunidades en acceso a la educación y a un trabajo digno tanto a hombres y mujeres. Durante muchos años en México, las mujeres han luchado por tener los mismos derechos, responsabilidades y libertades que los hombres. Si bien se han logrado muchos avances durante las últimas décadas en materia de equidad de género, hoy en día sigue siendo una tarea difícil ser mujer en nuestro país.

Uno de los principales aspectos que impide el desarrollo pleno de las mujeres es la falta de acceso a la educación y al trabajo. De acuerdo con datos de la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE), la disminución en el número de mujeres jóvenes (15-29 años) que no estudian ni trabajan en el país pasó de 42.6% en 1997 a 37.8% en 2011. Esta cifra representa que en un lapso de 14 años, las oportunidades de las mujeres en el trabajo y la escuela creció únicamente un 11.26%. Un aspecto interesante en este rubro es que el porcentaje de “ninis” mujeres es absolutamente mayor que el de los hombres. En los mismos periodos de tiempo el porcentaje de hombres que no estudian ni trabajan en el país pasó de 6% a 11%, lo que representa una diferencia de más del 26% en las oportunidades de trabajar y estudiar entre hombres y mujeres.

Cuando una mujer llega a estudiar, su desempeño escolar es superior que al de un hombre. Por ejemplo, de acuerdo con datos de la OCDE, las mujeres tienen más probabilidades de sacar mejores calificaciones desde la primaria hasta la universidad que los hombres. De acuerdo con un estudio realizado por la UNAM, el promedio de calificación de mujeres a nivel licenciatura es de 8.2 ante un 7.8 de los hombres. Además, las mujeres tienen más probabilidades de terminar sus estudios ya que las tasas de graduación en la universidad son de 21% para mujeres y 18% hombres hombres según datos de la OCDE.

A pesar de que las mujeres tienen un mejor desempeño que los hombres en la escuela, este no se ve reflejado en el mercado laboral. Con base en el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección, la participación laboral femenina en México es del 48%, 14% más bajo que el promedio de los países de la OCDE.  Y cuando una mujer logra ingresar al mercado laboral, el sueldo será en promedio 18% menos que el de un hombre de acuerdo con cifras de ONU Mujeres.

Además del bajo salario percibido en relación con los hombres, los cargos de altos mandos en México están fuertemente limitados a las mujeres. Según información del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, el 31% de los puestos de alta dirección en México son ocupados por mujeres, 7% son miembros de la junta directiva y sólo 2% son empresarias.

No cabe duda que México ha avanzado mucho en materia de equidad de género gracias a los grupos de la sociedad civil en favor de los derechos de las mujeres. Sin embargo, el camino para alcanzar una verdadera equidad entre mujeres y hombres sigue siendo muy largo. Todo gobierno y  sociedad que se diga democrática, no puede limitar el acceso a la educación y al trabajo a un grupo mayoritario, y bien preparado, de la población.  Es necesario que las autoridades sigan enfatizando en la necesidad de abrir y consolidar las oportunidades de las mujeres tanto en la educación como en el trabajo.

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