¿Qué problemas podría traer al país la captura del Chapo Guzmán?

El pasado 8 de Enero el Chapo Guzmán fue re-capturado por las autoridades federales debido, al parecer, por los descuidos del capo al intentar contactarse con personal que le ayudara a realizar una película y un libro sobre su vida. El Gobierno Federal ha hecho de esta captura un logro del “Estado de Derecho” que supuestamente evidencia la fortaleza de las instituciones de seguridad mexicanas. Además de la preocupación por el cinismo del Presidente Peña Nieto al olvidar la serie de actos de corrupción que llevaron a que el Estado tuviera que re-capturar al Chapo Guzmán, es necesario saber cómo será utilizada esta captura durante la próxima serie de debates sobre la posible legalización de la marihuana que próximamente se dará en el país.

La Guerra contra las Drogas que inicio el ex-presidente Felipe Calderón tenía como principal estrategia confrontar de forma directa a las bandas del crimen organizado. El principal objetivo de este plan de acción era el capturar o terminar con los altos líderes de los grupos criminales. El gobierno pensaba que “decapitando” a los grupos delictivos, estos tenderían a reducir su influencia y por lo tanto la violencia en el país se vería reducida. Sin embargo, desde 2007 lo que hemos visto es totalmente lo contrario. La captura o muerte de altos capos no ha menguado el tráfico de drogas y no ha reducido la violencia, por el contrario ambos se han mantenido constantes y hasta incrementado. Por un lado, actualmente México es el país que más mariguana y opio trafica a Estados Unidos, el principal consumidor de drogas a nivel mundial. Por el otro, la ausencia de los líderes de los carteles ha causado el surgimiento de bandas más pequeñas pero más violentas, la lucha interna por el poder dentro de los cárteles y también causa que bandas rivales busquen apropiarse de los territorios de las bandas que han perdido a sus líderes.

Tomando en cuenta la postura de continuidad del gobierno actual hacia el tráfico de drogas, seguramente el Presidente Peña Nieto utilizará la aprensión del Chapo como un escudo en contra de todos los grupos que buscan la legalización del cannabis. Uno de los argumentos por los cuales se ha buscado la legalización de esta droga es el fracaso que ha representado la Guerra contra las Drogas para disminuir el consumo y la violencia en el país. Sin embargo, con lo ocurrido el pasado viernes el Presidente buscará aferrarse a esta estrategia y así posponer una posible flexibilización en el uso medicinal y recreativo de la mariguana.

Desafortunadamente para la sociedad mexicana, la captura del Chapo Guzmán no representa necesariamente un beneficio. El Chapo fue capturado por segunda ocasión el 22 de febrero de 2014. A partir de esa fecha la cantidad de homicidios registrados en el país por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública fue de 27,157 muertes. En el caso de Sinaloa, el número de homicidios durante el primer año en prisión del Chapo fue de a 2,362. Para 2015, esta serie de números pasaron a 29,920 homicidios a nivel nacional y 1,524 estatal.

Este aumento considerable en el número de homicidios a nivel nacional representa el primer aumento desde hace cuatro años en el número de decesos en el país. Desde 2011 la tasa de homicidios había venido disminuyendo (de 21 a 16)  hasta que en 2015 esta tuvo un repunte considerable. Un dato interesante es que el número de asesinatos en Sinaloa disminuyó después de la captura del Chapo, lo que podría dar como conclusión que la mayoría de la violencia originada después del 22 de febrero fue causada por bandas rivales al Cartel de Sinaloa que buscaron expandir sus centros de operación en ausencia del gran capo.

El presente año empieza con la re-captura del Chapo Guzmán, lo que podría significar el aumento de la violencia en el país. Este tipo de evidencias tienen que ser discutidas por las personas que estarán próximamente debatiendo la posibilidad de legalizar la marihuana en México. Los criminales como el Chapo Guzmán deben ser aprehendidos y castigados por sus actos criminales. Sin embargo, seguir con una lucha frontal en contra de las bandas criminales ha traído más problemas que soluciones a la sociedad mexicana. Continuar con esta estrategia genera, inclusive, que aplicar la ley y castigar a los criminales sea contraproducente en contra del Estado y la sociedad.

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