Las mineras en México: un legado de muerte y explotación.

Una de las industrias que más han dejado de que hablar en el país durante los últimos años ha sido la minería. A pesar de la larga tradición de extracción de minerales y metales del subsuelo mexicano, durante las últimas décadas los escándalos de corrupción, los accidentes mortales en las minas y los daños al medio ambiente han hecho de la minería una actividad económica peligrosa a la cual debemos de poner prestar mayor atención.

México es un país rico en metales y minerales. A nivel mundial ocupamos el primer lugar en producción de plata, el undécimo en oro, el duodécimo en cobre, el segundo en fluorita, el tercero en bismuto y el quinto en plomo. De acuerdo con la Secretaria de Economía, la producción minera en México se distribuye de la manera siguiente: 21% oro, 20% plata, 14% cobre, 8% zinc y el resto en otro tipo de minerales. Por cuestiones de ley, la actividad minera debe ser mayoritariamente mexicana, por lo que la industria está dividida en 60% para empresas mexicanas y 40% extranjeras. Sin embargo, durante los últimos años  la inversión extranjera directa en esta industria aumentó un 224% con respecto al sexenio anterior.

Según cifras de la Cámara Minera de México, la mineria representa el 1.5% del producto interno bruto nacional, produce más de 328 mil empleos directos y 1 millón 600 mil indirectos. Además, de acuerdo con datos del INEGI, actualmente la industria minera genera un monto de 22 mil 516 millones de dólares, posicionándola como la cuarta industria generadora de divisas netas en México. A pesar de estos altos ingresos que genera la producción minera, la recaudación fiscal hacia este sector es muy pequeña, ya que las mineras no pagan impuestos estatales ni municipales y el Estado solo impone el pago del 1.2% sobre el valor del producto agregado. Por lo tanto, las mineras ganan mucho y dejan poco.

Unas de las principales consecuencias que genera la minería en México es el daño al medio ambiente. De acuerdo con la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), la mayor parte de los residuos rocosos al no estar expuestos al medio ambiente, al entrar en contacto con otros elementos pueden causar un drenaje ácido o contaminación ambiental. Los residuos que normalmente se encuentran en las minas y sus alrededores son cianuro, mercurio, cobre, plomo, arsénico, cadmio, selenio, zinc y níquel. Las extracciones que más generan residuos en el país son oro, cobre y plomo.

Un caso que ejemplifica el daño ambiental causado por las mineras es lo orcurrido en el estado de Sonora. En agosto del año pasado, la empresa minera Buenavista del Cobre (subsidiaria del Grupo México), derramó alrededor de 40,000 metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado en el arroyo Tinajas en el municipio de Cananea. Este derrame ha causado la contaminación de 7.6 kilómetros del arroyo Tinajas, 64 kilómetros del río Bacanuchi, y 190 kilómetros del río Sonora, este último el río más importante del estado.

Además del daño al medio ambiente, las minas se han convertido en trampas mortales para sus trabajadores. Las malas condiciones laborales que las empresas dan a sus trabajadores han ocasionado varios accidentes mortales en el país. Uno de los desastres más trágicos en la historia de la minería reciente en México fue la muerte de 65 trabajadores en la mina de carbón Pasta de Conchos en Coahuila. La compañía minera Grupo México ha argumentado que los decesos se debieron a una explosión derivada por una bolsa de gas causada por la extracción del carbón, sin embargo las autopsias de los cuerpos dieron a conocer que la muerte de las personas había sido por asfixia y no por calcinamiento. Lo que deja como evidencia que la muerte de los trabajadores se debió más a las malas condiciones de trabajo y no por algún accidente relacionado a la extracción de carbón.

Otra actividad que las mineras han logrado mejorar al paso del tiempo es la corrupción. Para poder expandir sus ganancias, las empresas mineras han corrompido a las autoridades y despojado de tierras a distintas comunidades del país. Un ejemplo claro de esto fue lo ocurrido en Wirikuta en San Luis Potosí, en donde la minera First Silver Majestic Company y la empresa Pietro Sutti obtuvieron 22 concesiones para explotar una de las zonas megadiversas más importantes del país. Sin embargo, se ha descubierto que los supuestos permisos otorgados por el gobierno no han sido registrados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Es decir, las mineras han explotado las tierras sin un verdadero permiso del gobierno.

La minería ha sido una actividad importante en la vida de los mexicanos. Sin embargo, también ha sido una de las representaciones más grandes de la explotación de nuestro país desde la época de la colonia. Desafortunadamente, este abuso de nuestra tierra sigue siendo una práctica realizada por un sector muy pequeño de nacionales y extranjeros. Es necesario ponernos a pensar sobre el papel de las mineras en el país y comenzar a cuestionarnos si vale la pena denigrarnos como sociedad para aumentar la cantidad de inversiones en el país.

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