El lado oscuro de la educación superior en México

Un elemento importante para el desarrollo de una sociedad es el nivel educativo de su población. Mientras más gente tenga estudios, mayor será el nivel de crecimiento económico y desarrollo de una sociedad. Ahora bien, en un mundo cada vez más globalizado y en dónde la tecnología cambia día con día no basta con que las personas tengas estudios de primaria o secundaria sino que lleguen a los grados de especialización más altos. Por lo tanto, los países hoy en día no solo buscan que sus ciudadanos cuenten con ese tipo de estudios sino también es necesario atraer personas de otros países con esas cualidades para utilizar esos conocimientos para el beneficio del país.

En México es común que se hable de fuga de cerebros para señalar lo poco atractivo de nuestro país para personas con estudios universitarios. A falta de buenos empleos y calidad de vida en el país, miles de mexicanos tienden a buscar mejores oportunidades en el exterior. De acuerdo con datos del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt), 85% de las personas que hacen doctorados en ciencias exactas lo realizan fuera del país. Las personas con estudios de posgrado que terminan por vivir en los Estados Unidos para desarrollarse profesionalmente aumentó de 114,552 en 1990 a 442,960 en 2005. Este incremento importante en la fuga de cerebros del país puede entenderse en parte por la raquítica inversión del Estado mexicano en tecnología. De acuerdo con datos de la Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE), México invierte solamente 0.5% del PIB siendo la inversión más baja de todos los países de esa organización. No es de extrañar entonces que nuestro país solo aporte el 1% a la producción mundial de conocimiento de acuerdo con el informe del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública.

Si México no hace mucho por invertir en la producción de conocimiento tampoco se preocupa por atraer gente capacitada de otros países. Con base en el Global Talent Index 2011, el cual mide la capacidad de un país para atraer y retener gente con altos estudios, México se encuentra en el número 38 de 60 países estudiados en dónde los primeros lugares como Estados Unidos, Dinamarca y Finlandia son quienes más crean gente con estudios especializados y que atraen de otros países. Es decir, no solo estos países se benefician de sus propios ciudadanos sino que utilizan los “cerebros” extranjeros para el beneficio de sus sociedades.

Estos pobres resultados en la generación de científicos y gente especializada en el país se debe también a la mala cobertura que existe en el nivel superior de educación. De acuerdo con el Anuario Estadístico 2011 de la Educación Superior, sólo 3 de cada 10 jóvenes con edad de acudir a la universidad lo hacen. De las personas que logran entrar a estudios de licenciatura, solo el 24% logra titularse y solamente el 4% ingresa a estudios de posgrado. Este bajo interés de los jóvenes por concluir sus estudios y de comenzar alguna especialización también se debe a los pocos incentivos económicos que representa en el país ser un estudiante universitario. De acuerdo con datos del Banco Mundial México ofrece los salarios más bajos de toda América Latina. Además, 5 de cada 10 desempleados cuenta con estudios universitarios con base en la encuesta de la organización Trabajando. Los bajos salarios y la poca facilidad que tienen jóvenes universitarios para encontrar empleo desincentivan a los jóvenes a contar con estudios especializados.

México tiene que comenzar a darse cuenta del potencial que está dejando escapar de sus manos. La inversión a la educación superior es un elemento fundamental para el desarrollo de las sociedades. Es por eso que países con alto crecimiento económico y desarrollo social son quienes más invierten en la creación y retención de personas con estudios especializados. Si bien se han hecho esfuerzos para aumentar la cantidad de personas en la universidad, los resultados siguen siendo negativos para un país que sigue asentado en el bajo crecimiento económico y en la baja calidad de vida de sus habitantes.

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1 comentario

  1. Rafael A. D.
    22/09/2015 at 16:30 — Responder

    Que triste que sea así la realidad, le va mejor a alguien con menos educación que a los que tienen doctorado.

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